miércoles, 7 de diciembre de 2011

CURSO SUPERIOR DE GENÉTICA


EL NACIONAL - Miércoles 07 de Diciembre de 2011 Escenas/1
El cinetismo se lleva en el ADN
Miguel Grillo propone una indagación libre sobre el color a través de sus creaciones en papel
CARMEN VICTORIA MÉNDEZ

Miguel Grillo debutó en las galerías hace dos años, con un estudio sobre lo que él considera la huella dactilar de la madera: las vetas. Fue así como llegó al cinetismo, un camino transitado hasta el hartazgo por otros, pero que a su juicio nunca dejará de sorprender tanto al artista como al espectador.

Crear la ilusión de movimiento a partir de una pieza estática revolucionó la plástica en los cincuenta y lo sigue haciendo en el siglo XXI. Esa es la premisa en la que se basa el joven creador en la exposición Estudio en papel.

El arquitecto descubrió el arte por casualidad. Tenía que resolver un problema de las cónicas básicas en Matemáticas. Sus tentativas académicas lo llevaron a fijarse en la madera, a producir y a exhibir sus primeras creaciones en la galería Blasini.

"En la madera, la veta es todo; pero en el papel no existe. Sacar una veta de donde no la hay es un reto. Lo hago por ensayo y error. Si me equivoco tengo que botar la obra. He perdido unas cuantas. En esa ocasión quise proyectar las vetas y darles movimiento para revivirlas de una manera simbólica. Así me di cuenta de que con el cinetismo esa alma estática de la madera vibra", señala Grillo mientras desembala las piezas.

A través del papel, el principal derivado del primer material que le atrajo, el artista indaga sobre el color. Las 30 obras en diversos formatos que integran la muestra que inaugurará la galería Gsiete del Centro de Arte Los Galpones están compuestas por varias capas en tonos neón. Grillo trabaja el papel con un exacto y superpone las láminas.

De entrada, son piezas geométricas basadas en el cuadrado. Vistas más de cerca, se perciben las ondas que crea sin boceto, a fuerza de cuchilla. "El tema del espacio estuvo más presente en mi primera individual; ahora me interesan el color, la vibración y el tiempo.

Las mejores obras requieren de tiempo. Para mí es algo que se traduce en la experiencia que tienes", indica.

Sus creaciones remiten a las teorías sobre el color desarrolladas por Carlos Cruz-Diez.

Grillo, formado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, leyó los libros que el artista residenciado en París ha dedicado al tema. "Cruz-Diez estableció las leyes del color, los principios de cromatismo. No decidí hacer arte cinético ni convertirme en colorista. Creo que es algo que forma parte de mi vida, se me contagió de tanto ver obras. Cuando estaba chiquito iba mucho a los museos con mis padres, veía a Gego, a Jesús Soto y por supuesto a Cruz-Diez".

Grillo considera que las obras de los artistas geométricos son muy impactantes y se quedan almacenadas en el subconsciente, son parte del ADN de los venezolanos. "Uno estudia a estos creadores, los ve, tal vez no rigurosamente, pero termina aprendiendo. Hay muchos artistas de mi generación que se reflejan en ellos de una u otra manera. El cinetismo me encanta, aunque no sé si lo voy a hacer el resto de mi vida".

El artista define su propuesta como una indagación cromática libre. Asegura que emplea los contrastes sin ideas preconcebidas para ver qué pasa. La gama la escogió al azar, de manera lúdica, sin un fin premeditado, sin clichés. "Me gustaron estos contrastes y ya. Al tener varios colores se crea el movimiento en las piezas. El contraste entre figura y fondo permite generar vibraciones, un efecto óptico. Mostrar la última capa de la obra es importante, permite ver ese efecto de luz interna que tiene, es como el interior de la piel".

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