lunes, 31 de octubre de 2011

SINDOMINIO


De un condominio residencial: Parque Central
Luis Barragán


Ciertamente, extrañamos un profundo estudio sociológico del condominio en Venezuela, incluyendo las nefastas consecuencias económicas de la última década que propietarios e inquilinos soportan para un mínimo mantenimiento del inmueble. Bastará la ejemplificación con las modalidades alcanzadas por la administración residencial que inadvertidamente refleja las de nuestra propia gobernabilidad como país, la continua reparación e imposible sustitución de los ascensores bajo la tiranía del control de cambio, o la casi secreta mutación que sufre la estratificación social en Venezuela, habida cuenta del desarrollo inmobiliario también en las áreas marginales que, por la irresponsable improvisación del oficialismo, padecerá los efectos impredecibles de la Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda.

La búsqueda de un techo, propio o alquilado, adquiere semejante dramatismo a la preservación del que se tiene aún precariamente. Y muy bien lo ilustra el complejo residencial y comercial de Parque Central, otrora promesa para una distinta evolución de la Caracas hoy sumergida en un deplorable y sistemático deterioro.

El simple vistazo a esa suerte de deidad estética que fue, reporta la difícil convivencia en un complejo que exhibe el cadáver de sus obras de arte como señal inequívoca de una difícil y costosa conservación de las edificaciones y sus áreas comunes- No constituye garantía alguna, la propiedad ejercida por el Estado sobre los locales y torres de oficina, pues la Sala Plenaria no es tan rentable como en el pasado, dispuesta – además – para una diversidad de corrientes políticas y fuerzas sociales que la frecuentaban como escenario de sus mejores actos, y la inseguridad personal extiende su reinado a pesar de las cooperativas de vigilancia a las que los vecinos están forzados a contratar.

Una rápida contabilidad de los ingresos por concepto de condominio, revela cifras suficientes para el adecuado mantenimiento del complejo, presumiendo la criminal indiferencia de los vecinos por darle una mano de pintura a las sucias paredes que la ciudad avista desde distintos ángulos, en contraste con la pulcritud de lo que fue el Arauco Hilton y, ahora, es un confidencial hospedaje anexo del Alba. Sin embargo, es el Estado el que tiene el dominio de la administración del gran inmueble, cuya enorme deuda es determinante para su injustificada precariedad y empañamiento, sumada la tardanza en remodelar los pisos incendiados de una torre que fue construida en menor tiempo.

En la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del fecha 25 de Octubre del presente año, la bancada oficialista solicitó y aprobó un crédito adicional a favor del ministerio de la Cultura para cubrir compromisos de años anteriores en los renglones de electricidad, agua, aseo, telefonía convencional y celular, internet y condominio, pautada la suma de Bs. 2.581.711,33 para la Empresa Inmobiliaria Parque Central CSB a objeto de honrar una deuda ministerial de los años 2009 y 2010. Demasiado evidente el retraso de los organismos del Estado con el condominio del complejo residencial y comercial, apenas cubierto por un despacho, que nos permite diagnosticar con facilidad los motivos del deterioro o precariedad, amén de interrogarnos en torno a la desventajosa desigual de contar con un magnífico deudor que sobrevive frente a los vecinos que se atrasan en el pago, amenazados por el remate de sus apartamentos al carecer de todo privilegio.

Pedimos una explicación de la solicitud de marras, creyéndola una buena noticia para los residentes de Parque Central, en medio de la una situación. Cercanos al debate del proyecto presupuestario de 2012, nada se dijo sobre el abultado y creciente gasto corriente seguramente previsto en anteriores ejercicios fiscales, apelando así a un crédito adicional de una legitimidad dudosa que utilizó como pretexto el pago de condominio y el aporte al fondo de jubilaciones de la Biblioteca Nacional correspondientes a los años ¡anteriores!

Defendimos el monto solicitado de Bs. 1.893.023,79 para el referido fondo, pues tratamos de los jubilados que contribuyeron al logro de una Biblioteca Nacional, entregada impecablemente como institución autónoma en 1998; ahora, demolida como entidad administrativa y prestadora de servicios, retando a un debate sobre la cultura y el libro en Venezuela, arrasados por un tsunami como Farruco Sesto. Obviamente, el partido de gobierno no da ese y ningún otro debate de fondo: para cubrir el gasto ordinario, y -metido de contrabando - utiliza a los vecinos de Parque Central y a la Biblioteca Nacional como un formidable pretexto.

Fuente: http://www.opinionynoticias.com/opinionnacional/9923-de-un-condominio-residencial-parque-central
Ilustración; http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=472972&page=2

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