domingo, 4 de septiembre de 2011

LA CORRECCIÓN FRATERNA


San Mateo, 18: 15-20

En su homilía de hoy, el Padre Alvaro Lacasta (SJ) indicó que las lecturas introducen un tema vidrioso, fuerte, delicado que vivimos en distintos ambientes (familiar, educacional, político, económico, etc.): la corrección fraterna. Amonestar o comunicarse en forma delicada, amorosa, fraternal, frente a las equivocadas pautas éticas y morales. Noasotros, como pacientes, necesitamos de un mínimo de humildad para aceptar la amonestación justa y correcta que se nos hace.

Ezequiel (33, 7-9): responsabilidad peronal e intransferible. Israel somos nosotros. Recuerda al libro del Eclesiastés, capítulos hernosos en torno a la amonestación del padre.

Pablo (Rom, 13:8-10): para seguir orando en estos días. El amor mutuo se acredita y hunde sus raíces en la reconciliación fraterna. Corrige y acepta la corrección (y viceversa).

Mateo: pedagogía magistral. Practicar el amor mutuo, a través de la corrección fraterna de la índole que sea. En nuestra cultura, hay resistencia y rechazo: padres-hijos, profesores-alumnos, etc. (y viceversa). Penitencia más costosa es la de reconocer el error, el equívoco, la falla, como se desprende del confesionario.

La corrección fraterna arranca del misterio de la Cruz, a través del aor de Jesús, muerte y resurrección. Hacernos portadores de la reconciliación, sanación y salvación. Auténtica corrección nace en ese punto de encuentro: misterio de la ruz de Cristo.

No se imponen amistad y amor. Se ofrecen. Portadores en todos los ámbitos. Está en nosotros. Debemos aceptarlo de esa manera.

Martialay, dos veces Lacasta y Rivolta

De acuerdo a nuestros apuntes (07/09/08), el Padre Roberto Martialay (SJ) hizo referencia al sentido de las comunidades cristianas, hecho el ser humano para vivir en comunidad, semejante a la unidad con el Padre; consejos de la vida en común, reseñado en los Hechos de los Apóstoles; expresión de un comunismo cristiano que no se ha vuelto a dar, también generador de problemas; Jesús, dos o tres forman una comunidad. El Padre Lacasa, hizo hincapié en la oración, el espíritu de fe; para Ezequiel, la responsabilidad personal, profundizando Pablo en la corrección que nunca ha sido fácil; tolerancia, la Cruz de Cristo, sufrimiento, procurar la sanación, movimiento hacia la santidad; sentido de oportunidad, saber la circunstancia adeuada; no se puede pasar factura por motivo propio o pasiones: mayor separación; caridad, ayuda frente a las miserias y debilidades, levantarse y reemprender el camino; práctica eficaz de catequésis, sinceridad.

Hallamos otras notas telegráficas, a propósito de Lacasta y el Padre Rivolta (04/09/05). Lacasta,quien dió la misa por el Padre Luis Arizmendi, hay que ser como un niño, no en la edad biológica, sino por la sencillez, humildad, capacidad de sorprenderse, confianza en los padres; saber que nos auto-engañamos, creernos con el deber moral de juzgar a los otros, intolerantes; quizá no se sea católico o cristiano, pero hace las cosas sin saberlo, de acuerdo a Dios. Rivolta (El Carabobeño, Valencia), aludió a la oración que también tiene otros motivos (la de acción de gracias, de alabanza, la de arrepentimiento); evitar la tendencia de rezar sólo cuando tenemos dificultades ("acordarnos de santa Bárbara sólo cuando truena"); Jesús: pedir y recibir, buscar y encontrar,llamar y se abrirá la puerta.

Fotografía: LB (GAN),Hugo Baptista, "Barcos y grúas" (1958).


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