domingo, 24 de julio de 2011

RESPONSABILIDAD DE VIDA


San Mateo, 13: 44-52

En su homilía de hoy, el Padre José Martínez de Toda (SJ),observó inicialmente que nadie puede decir que se trata de una lectura aburrida, pues también hay cuentos y parábolas (el tesoro escondido, la perla, el padre de familia, la red de pescadores): “en tu ley he puesto mi contento” (Salmo 118).

Al interactuar con la feligresía, sumó otro cuento: la madre le dice al niño que ponga los pollitos en una caja, pero éstos – huidizos – no se dejaron agarrar y la gallina también tabién lo impidió con sus picotazos. La solución la encontró luego la madre al colocar la gallina en la caja y, así, a todos los pollitos. Es el tesoro escondido: toma la gallina y lo demás se dará por añadidura. Significa buscar el Reino de Dios y lo demás se dará por añadidura.

Recordemos que, en aquel tiempo, no había bancos por lo que la gente era dada a esconder su dinero y prendas. Al igual que les daba pánico a los judíos llamar a Dios por su nombre, prefiriendo referirlo como el Reino de Dios o de los Cielos. Y éste es el reino de paz, amor, justicia y respeto. No lo hay en la sociedad. “Venga a nosotros tu Reino”. Debemos poner nuestro grano ede arena, traerlo a la comunidad, la familia, el trabajo, la política, etc.

La primera lectura nos interroga (1Re: 3, 5-13), pues Salomón pudo pedir lo que fuese. Pidió algo más importante que el petróleo, dinero, ejército, submarinos: sabiduría. Y eso que necesitaba de dinero, fama, popularidad, pues recién que sucedía a su padre. ¿Qué pasaría si Dios nos preguntara algo semejante a nosotros, a un presidente, etc.

Hay cosas más importantes que otras y en nuestras manos está elegir: Dios nos dio lo más importante, la libertad para hacerlo. Para ello, es necesaria una jerarquía de valores. ¿Qué elegir?, ¿algo egoísta o el amor de Dios?. Los apóstoles dejaron todo por hacerse pescadores de hombres, y San Pablo dijo que todo es Dios y lo demás es basura. Dios nos eligió entre tantos genes y embriones y nos trajo a Venezuela.

Por cierto, al referirse a San Ignacio de Loyola que estaba en el altar, el Padre Martínez llamó la atención sobre un rayo de luz dio con el libro que tiene en sus manos, extendiéndose sobre sus ejercicios espirituales. ¿El centro de la vida?: Dios. Las cosas de la vida fueron creadas para el hombre a objeto de que le ayuden a servir a Dios y tanto debo usarlas en cuanto ayuden a servirlo. ¿Para qué tomar cien bolívares hallados casualmente, si no es para servirle?. Indiferencia ante las cosas, si no sabemos para qué ayudan. Y todo esto nos trae a algo importante: el discernimiento. ¿Cómo saber la voluntad de Dios?, ¿cómo elegir?. San Ignacio propone una metodología.

Lacasta y Martialay

De acuerdo a nuestros apuntes (27/07/08), el Padre Alvaro Lacasta (SJ) aludió a la máxima verdad, plan espiritual y teológico que arranca hasta llegar a la Cruz y a la Resurrección: hilo conductor de las parábolas: un llamado a la responsabilidad de la vida, vivir humana y cristianamente con una perspectiva; quien rechaza el proyecto divino que debe realizarse en libertad, se sale de la autopista; el cristiano tiene muchos motivos para la esperanza y la alegría aún en las peores circunstancias; plenitud de la vida en la medida qe aceptemos a Cristo. El Padre Roberto Martialay (SJ), recordó a San Ignacio de Loyola, la sabiduría como elección; difícil de no tener formación cristiana; discernimiento; acoger el plan de Dios con entusiasmo y gratitud, preguntándonos cuál es realmente nuestro tesoro y cómo apreciarlo.

Ilustración: Mariusz Lewandowski, "Infiltration of worlds"

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