lunes, 20 de junio de 2011

DÍAS DE FERIA


EL NACIONAL - Sábado 18 de Junio de 2011 Cultura/3
El diálogo iberoamericano ha marcado la historia del encuentro
La FIA: puente de consagración para invitados que hoy son maestros
Guillermo Kuitca, Vik Muniz y Paloma Navares expusieron en la feria cuando aún no eran una apuesta segura
CARMEN VICTORIA MÉNDEZ

El hall de la Feria Iberoamericana de Arte suma dos décadas de lecturas de la creación contemporánea. Allí, los balones conceptuales de Patrick Hamilton dialogan con las esculturas constructivistas de Edgar Negret, las pinturas reflexivas de Luisa Richter, los volúmenes de Cornelis Zitman, el cinetismo de Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez y las reinterpretaciones icónicas de Manolo Valdés, entre otros.

Una selección de 44 obras, en su mayoría pinturas y esculturas, integran una retrospectiva que rememora el paso por Caracas de los artistas homenajeados e invitados que ha tenido la feria, desde que Negret y el pintor mexicano Alejandro Colunga contrastaron el metal y los mundos mágicos, respectivamente, en 1992. Entre ellos destacan Jacobo Borges, Fernando de Szyszlo, Danilo Dueñas, Cecilia Paredes, Carlos Amorales, Harry Abend, Lía Bermúdez y Edgar Sánchez.

Tradicionalmente, la feria estableció relaciones entre grandes maestros y lo que María Luz Cárdenas, responsable del montaje y texto de la exhibición, denomina como "artistas en progreso" o con un trabajo experimental establecido.

"Muchos de estos artistas que ahora recordamos en la vigésima edición de la FIA comenzaban sus carreras cuando expusieron por primera vez en la feria de Caracas. Es el caso del argentino Guillermo Kuitca, por ejemplo, que fue el invitado de 1993, al lado de un gran maestro como Soto. Kuitca acababa de participar en la Documenta de Kassel, donde se empezaba a ver su capacidad para diseñar nuevas cartografías para el arte, al llevar sus planteamientos pictóricos al campo de la instalación. Hoy en día es un gran maestro y posee una fundación que apoya el talento emergente. El mérito de la feria en estos 20 años es haber tenido ojo y arriesgarse a traer a artistas como éste", asegura.

Otro criterio patente, según Cárdenas, es la representatividad iberoamericana en la selección, que ofrece una visión cruzada de los problemas comunes a las culturas latinoamericana y española. La crítico destaca las ediciones de 1998 y de 1999 como modelos de integración entre discursos de uno y otro lado del Atlántico. En la séptima edición de la FIA fueron celebrados el venezolano Pedro León Zapata, la española Carmen Calvo y el brasileño Vik Muniz. "Zapata es un maestro que a través de su obra ha construido un imaginario crítico de la cultura en Venezuela. Carmen Calvo desbordó la pintura con el uso de objetos cotidianos vinculados con una memoria histórica y en peligro de desaparecer, que la artista recupera y manipula en un conjunto heterodoxo de técnicas, y Vik Muniz nuevamente introdujo en la FIA el poder de la fotografía. El artista genera un nuevo discurso en esta disciplina, creando acontecimientos fotográficos basados en imágenes clásicas del colectivo, empleando materiales de uso no común en el arte: polvo, chocolate, azúcar, pequeños juguetes, hilo, alambre, tinta, para producir una realidad artificial", escribe Cárdenas en el catálogo de la muestra.

Un año después coincidieron grandes maestros de la pintura y la escultura como el venezolano Oswaldo Vigas, el argentino Antonio Seguí y el español Manolo Valdés, junto con la también ibérica Paloma Navares. Con esta última ingresaron el videoarte y las videoinstalaciones a la sección de invitados de la FIA. "Navares es una de las pioneras en la hibridación de medios en su país, integrando la fotografía y el video en complejas e hípertecnologizadas instalaciones, cuyo discurso se orienta a la deconstrucción y fragmentación del cuerpo y las sensaciones, que recorre los viajes por la enfermedad y la ceguera", señala Cárdenas.

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