sábado, 30 de abril de 2011

NOTICIERO RETROSPECTIVO




- Así es la televisión. Qué Pasa, Caracas, 29/02 y 22/08/64.

- José Ignacio Cabrujas y la televisión: respuesta al "secretario de doctrina" de la FMV. El Nacional, Caracas, 10/11/84.

- Luis Buitrago Segura. "La televisión en el banquillo". Vea y Lea, Caracas, nr. 87 del 17/03/71.

- Edith Guzmán. "Después de 20 años desaparece 'La Perfecta Ama de Casa' con Ana Teresa Cifuentes". El Nacional, Caracas, 04/01/74.

- Bruno Scheuren. "Vuelta de hoja: Pornografía y censura en televisión". El Nacional, 26/08/86.


Fotografía: Antonio Pasquali, según el reportaje que le hiciera Ludovico Silva en torno a la televisión venezolana (Summa, Caracas, nr. 4 de 04/70).

SIN COMENTARIOS



1911 - 2011

ACTO DE INDAGATORIA


EL NACIONAL, Caracas, 6 de Septiembre de 1998 / SIETE DIAS
Persiguiendo desesperadamente a Ernesto Sábato
"La razón no sirve para la existencia"
Esta nota es la historia de un reportaje imposible. De la persecución del escritor-personaje Ernesto Sábato por la escritora María Esther Gilio, a través del teléfono, el fax, el ferrocarril. El encuentro se produjo en Santos Lugares, y el diálogo que allí se enhebró sirvió para dar cuerpo a los retazos de conversación, monólogo y quejas que ya habían armado el universo del autor de Sobre héroes y tumbas
María Esther Gilio - Página 12
Servicio exclusivo de El Nacional
Montevideo

La Universidad del Uruguay había decidido que le sería otorgado a Ernesto Sábato el título de Doctor Honoris Causa. Esto significaba que Sábato vendría a Montevideo y que todos los periodistas de cultura en la ciudad correrían tras él para lograr una entrevista. Sabiéndolo, hablé con una colega argentina. Si ella la conseguía, me trasladaría a Buenos Aires para tenerla publicada cuando él llegara. Poco después esta colega llamó a Montevideo y dijo que la entrevista estaba concedida. Viajé a Buenos Aires y mandé un fax a Sábato, en el que me anunciaba, y le pedía que telefoneara, para así marcar día, hora y lugar. Al día siguiente, antes de las 8 de la mañana, Sábato telefoneó y dijo que era imposible aceptar la entrevista. Que habría deseado complacerme, pero que no podía.

"Tengo 85 años y de pronto ocurren hechos que me destrozan, que me sumen en un dolor tan intenso que me imposibilita para este tipo de tarea. Usted sabe que Matilde, mi compañera desde hace 60 años, está muy enferma. Sabe que perdí un hijo hace un año y medio. Y en estos días otras cosas se han sumado, cosas terribles. No puedo, no puedo. Recibo 20 cartas por día, que una querida amiga responde. Ocho, diez propuestas de entrevistas." Sí, yo sé. Pero hace más de 15 años que usted dice que me dará una entrevista, como premio a mi paciencia. "Bueno, sí, sí, sigo diciéndolo. Usted se va y alguna vez que venga lo hacemos." Está bien, ¿cuándo? "Algún día, dentro de un año o dos, cuando yo esté menos dolorido. ¿Sabe que recibo 10 invitaciones diarias para la televisión, y cada 15 ó 20 días, propuestas para ir a Europa? Pero no puedo ir" -dice, y queda en silencio-. ¿Por qué no puede? "Imagínese que yo estuviera allá tan lejos y a Matilde le pasara algo. ¿Se da cuenta de lo que le digo? ¿Lo entiende? Quiero saber si lo entiende. Si eso pasara yo no podría perdonármelo." Entonces, ¿la entrevista? "Otra vez será."

¿Usted sabe que soy anarquista?

Un día más tarde le envío otro fax, donde le comunico que estoy dispuesta a renunciar a la gran entrevista con que había soñado y me conformo con cuatro preguntas, tres. Incluso dos. A las siete de la mañana siguiente, Sábato llama y pregunta si la enviada todavía está allí. Sí, es con ella que está hablando. "Ah... sí, sí. Sí, -dice, y comienza a hablar como si se tratara de un amigo con quien habla frecuentemente-. ¿Usted sabe que soy anarquista? Cuando era muy joven fui comunista, llegué a secretario de la Juventud. Yo creía en la revolución -dice, y hace un silencio-. ¿Usted sabía eso? Y bueno, fui invitado a un congreso en Bruselas. Ahí me propusieron ir a la Unión Soviética, a formarme en una escuela leninista. Me di cuenta de que allá me harían un lavado de cerebro. Era a mediados de los 30 y ya habían comenzado los juicios de Moscú. Me escapé a París. Había intuido lo que sólo se supo cabalmente 40 años más tarde. ¿No la desperté, verdad? Yo me levanto a las 5. Me hago un té y me meto al estudio a pintar."

-A pintar cosas muy tristes. ¿Alguna vez pensó por qué sus cosas son tan tristes? A menudo las que escribe; las que pinta, siempre. Los personajes de sus telas lanzan gritos de dolor y terror en medio de paisajes desolados.

-Pero... pero... pero... ¿de qué serviría la novela, la pintura, si no lograra encontrar el sentido profundo de la existencia del hombre? ¿De qué? ¿Conoce usted a alguno de los grandes que se proponga, simplemente, alcanzar la belleza? Claro que en la obra del artista hay belleza, pero detrás de ella está el dolor. Es una belleza golpeada, desgarrada por el dolor.

-Santiago Kovadloff dice que el acento, en sus novelas, recae sobre la existencia humana, entendida, ante todo, como un dilema moral y metafísico.

-Humm...

-¿No le gusta?

-Sí, sí. Mire, hay una cosa que me importa. Quisiera dar esperanza a los jóvenes. Los jóvenes me preocupan. Un poco de esperanza, un poco.¿Usted sabe que yo soy anarquista? Anarquista cristiano. Sí, ya sabe. Bueno, hasta otro día.

-¡Sábato! No respondió a la pregunta que le hacía en mi fax.

-Yo mañana tengo una presentación en Buenos Aires. Ya ve cómo es la vida. ¿Quiere verme allí?

-Prefiero ir a su casa, en Santos Lugares.

-Quería evitarle el viaje en ferrocarril. A las 6 de la tarde y sólo tres preguntas. No lo olvide.

No se miente en ficción

Santos Lugares, a pesar de estar a sólo 40 minutos de Buenos Aires, parece un pueblo de provincia. Pocos autos, plaza con iglesia, casas con jardín. En Santos Lugares todos saben dónde vive Ernesto Sábato. "Cerca de la vía, tres cuadras a la derecha, una a la izquierda. Ahora, ¿él la espera?", dice el obrero de Ferrocarriles. "Porque a esta hora a él le gusta caminar hasta Sáenz Peña, hasta la estación anterior. El sabe hacer ese camino casi todos los días."

La casa de Sábato, amplia y con una dignidad en la que se rastrean viejas vidas más esplendorosas, está al fondo de un jardín sombreado por cipreses, gomeros y enredaderas. Una mata espesa, de hojas secas, cubre el suelo. Y a la izquierda, un camino de baldosas blancas y negras conduce a la puerta de entrada. Por ese camino avanzo, y levantando la mano saludo a Sábato que, de pie, tras una ventana, me mira llegar. Aunque no sé si me ve.

En la habitación en penumbra, Sábato sigue de pie mirando hacia afuera. Cuando entro se vuelve. Su rostro es el que conocemos de la televisión y las fotografías: sombrío, pesimista. Mientras nos saludamos me pregunto cómo hará para infundir optimismo a los jóvenes, cómo podrá pasar por encima de tanto pesimismo, para cumplir con esa misión que apasionadamente se propone. Lo pienso, pero aunque es una buena pregunta, no la hago.

Casi a modo de saludo le cuento lo difícil que es elegir cinco o seis preguntas entre las 30 que tenía preparadas. Pero él no está distraído. "Tres o cuatro, tres o cuatro", responde.

-¿Con cuál de sus personajes se identificaría hoy? ¿Martín Bruno, Juan Pablo? ¿O tal vez con alguna de las mujeres?

-¿Por qué hoy?- dice mientras ordena algunos papeles sobre la mesa.

-Porque han pasado muchos años y es posible que usted haya descubierto en ellos cosas nuevas que no había visto antes, cuando los creó. Usted cambió; ellos también cambiaron.

-Tendré que decirle que, salvo alguna excepción (una persona, por ejemplo, fue la inspiradora total de un personaje), todos los demás salieron de mi corazón. Todos son emanaciones de mi propio inconsciente, que jamás engaña.

Se sentó, miró hacia el techo y quedó en silencio. Finalmente añadió: -El corazón de cualquier mortal es un conjunto de contradicciones, algunas aterradoras, como sucede con las pesadillas. Todos somos, no digo algunos, sino todos, una mezcla de bondad, maldad, ateísmo y espíritu religioso, generosidad y egoísmo, valentía y cobardía.

-¿Cuál de esos seres de ficción creados por usted le resulta el más querido?

-Hay varios, sí, sí, varios -dice, y poniéndose de pie vuelve a mirar hacia afuera por la ventana-. Martín adolescente en Sobre héroes y tumbas. Y la sirvientita de la calle Reconquista, hotel de marineros. ¿Recuerda algo de eso?

-Sí, claro, la que lo salva del suicidio.

-Vive en un altillo, pobrecita, con un retrato de Gardel en la pared y una lámina de ésas que parecen de un tratado de anatomía de Testut, donde Cristo muestra su corazón en el centro de su pecho abierto.

-También hay un retrato de Evita.

-Sí, le da un mate cocido caliente y trata de reanimarlo. "Niño, hay tantas cosas lindas en la vida, dice mostrándole el cajón de verduras donde duerme su hijito. Mire, aquí me dejan tenerlo conmigo. Tengo esta vitrola vieja y unos discos de Gardel. Hay tantas cosas lindas. Las flores, los perros, los pájaros". Cuando el pobre Martín se levanta, ya no se suicidará como pensaba.

-¿Es ese pequeño personaje uno de los que más ama?

-Claro que sí, no se puede mentir en cosas tan graves, y mucho menos en personajes de ficción. A menudo he sido duro, sarcástico, peleador, pero también he podido sentir cosas tan sencillas y fundamentales como ésta de la pobre sirvientita inventada. Esta posibilidad es la que, desde que era un adolescente, me ha inclinado hacia los pobres, los humillados, las razas perseguidas.

Especialista en hacerme enemigos

-Cuando le dieron el premio Cervantes dijo que, a veces, se sentía ante sus propios personajes como ante seres de carne y hueso, "tan desconocidos que conseguían aterrarme".

-Eso prueba lo extraño de la vinculación entre autor y personajes. Una relación difícil de explicar.

-¿Por qué las mujeres en su obra -todas las mujeres- son tan misteriosas, sombrías?

-No sólo las mujeres. También los hombres tienen aspectos sombríos, misteriosos, cosas que no muestran. Todos los seres humanos son así.

-Muchas veces le han preguntado si el "Informe sobre ciegos" de Sobre héroes y tumbas tiene algún significado especial, si alude a alguna realidad no explicitada.

-Muchas veces me preguntan eso y otras tantas les respondo que esas páginas las escribí en un mes y no sé qué significan. Eso, como las pesadillas, salió del inconsciente.

-Cuénteme, ¿cómo se distanciaron con Borges?

-Fuimos amigos y nos separó la política. Cuando la llamada Revolución Libertadora llegó hasta lo peor, las torturas a militares peronistas, yo denuncié una noche, por Radio Nacional, nombres y apellidos. Se armó un gran escándalo. A los dos días salió una larga declaración de escritores y artistas condenándome, lo que significa que de alguna manera justificaban las torturas. Lo curioso es que fui siempre antiperonista como ellos, pero por lo visto, por motivos muy diferentes. Como siempre fui un especialista en hacerme enemigos. Muchos años después hubo una reconciliación, gracias a un joven escritor que logró que hiciéramos un diálogo que luego se publicó en un libro.

Yo creo que hemos pasado las tres y las cuatro. Y tal vez las cinco preguntas, ¿no?

Nunca maté a esa mujer

-¿Qué lo mueve a elegir un tema?

-El instinto.

-¿Nunca la razón?

-La razón no sirve para la existencia. Sólo sirve para demostrar teoremas o fabricar aparatos. El alma del ser humano, en lo más profundo, no está para esas cosas.

-Mucho se dijo sobre usted y su personaje de El túnel. Claro que usted nunca mató a ninguna mujer, pero es pintor desde siempre y se puede suponer que es capaz de ser ferozmente celoso, ¿no?

Ernesto Sábato se queda mirándome con expresión irónica. Tal vez quiere decir "No pienso entrar en sus trampas y hablar de cosas privadas". Dice: -Es verdad, nunca maté a una mujer. Pero, además, no creo en una literatura que calca personajes de la realidad. Eso está bien para escritores naturalistas. Todo naturalismo es superficial, porque no alcanza a la condición humana más profunda, que siempre es sobrenatural.

-En el prólogo de Sobre héroes y tumbas usted dedica la novela "a la mujer que tenazmente me alentó en los momentos de descreimiento", etcétera. Es curioso, pero no la nombra. A mí esa dedicatoria me pareció que encerraba una pequeña trampa. Muchas mujeres se sentirán aludidas.

Sábato me mira. Su mirada no es irónica sino dura, muy dura. ¿Iría a decir que daba por terminada la entrevista? Dio unas vueltas por la habitación y respondió sin mirarme: -Soy incapaz de esa clase de mentiras. ¿Quién va a ser si no Matilde, la mujer que me soportó desde los 17 años?

-Yo no quiero que se enoje.

-Si no quiere que me enoje, no haga preguntas que pueden enojarme.

-¿Le resulta impertinente que le pregunte si fue Matilde la única mujer en su vida o tuvo otros amores?

-Tuve otros amores, como casi todos los seres humanos. Por no decir todos. Algunos muy fuertes y perdurables, ¿y qué? Grandes culturas en la antigüedad han sido poligámicas o poliándricas. Sólo en esta hipócrita sociedad burguesa se esconde esa tendencia natural de la criatura humana.

CONSTATACIÓN (ES)


EL NACIONAL - Sábado 30 de Abril de 2011 Papel Literario/3
Mezquindad y resurrección de cierta izquierda
ROLDAN ESTEVA-GRILLET

Quien visitara en 2006 el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), en Altamira, no habría encontrado sino un triste busto del célebre novelista y ex presidente venezolano arrinconado a una pared. Pero, si levantaba los ojos en el hall, vería una serie de gigantografías colgando, con los rostros de reconocidos literatos venezolanos defensores del régimen, entre los que se cuelan dos glorias pasadas de la izquierda: el filósofo Ludovico Silva y el poeta Víctor "Chino" Valera Mora.

Si uno lee la revista del Ministerio de Cultura A plena voz, entre firmas notables de intelectuales adheridos al régimen como el escritor Luis Brito García o el antropólogo Esteban Emilio Mosonyi, reencuentra colaboraciones de ultratumba de glorias pasadas de la izquierda como Orlando Araujo o Carlos Contramaestre, cuando no un héroe accidental de esa misma izquierda como el guerrillero Argimiro Gabaldón. Hasta ahora no se han atrevido a usar imágenes o textos de otras glorias pasadas de la izquierda como José Ignacio Cabrujas o Luis Castro Leiva, quizá porque alcanzaron a verle las pezuñas al monstruo estalinista que se escondía tras el teniente coronel.

La afición a manipular muertos notables de la izquierda empezó con el cantautor coriano Alí Primera, a quien han convertido en animador de cuanto evento electoral acontezca; la voz se calla sólo para ser sustituida por la diana cuartelaria el día de votación.

Y todas aquellas pasadas glorias de la izquierda que no se sometieron a los dicterios del populismo militarista bolivariano, como Manuel Caballero o Antonio Pasquali, se ridiculizan o ningunean, en caso de ser mencionadas. La pauta inicial la dio el propio Chávez cuando descalificó al caricaturista Pedro León Zapata, o al historiador Elías Pino Iturrieta; tampoco se ahorró descalificaciones contra el peruano Mario Vargas Llosa: ante una pregunta de un periodista sobre si acaso no sabía que era un famoso escritor, Chávez se limitó a desaconsejar su lectura.

Buena parte de la plana mayor de la intelectualidad orgánica actual disfrutó de cargos burocráticos (Conac, ministerios, embajadas, Pdvsa) o en la empresa privada o de substanciosas becas u bolsas de trabajo durante la larga e inolvidable hegemonía de las "cúpulas-podridas-delpuntofijismo". Editó libros en Monte Ávila, expuso en museos nacionales, pudo hacer sus películas y hasta premios recibió. Pero ahora ven como una maldición el que muchos intelectuales --antes meritorios, hoy vendidos al imperio-- defiendan los valores democráticos que nos permitieron convivir y producir sin necesidad de exhibir los respectivos carnets políticos; o reclamen un mínimo de tolerancia ya que no ecuanimidad, y al menos acepten el providencialismo carismático sostenido a punta de chequera petrolera, amenaza de "gas del bueno", vulgaridad y demagogia del teniente coronel.

Lo más vergonzoso es la ofuscación política que llega al extremo de sólo reconocer a los suyos: artistas y pensadores que antes recibían el aplauso general, ahora son denostados por resguardar su integridad y no participar en el festín. Basta ver cómo se conforman los jurados para otorgar premios nacionales o internacionales: siempre la cosa es entre ellos para escoger uno que no vaya a dar declaraciones inoportunas.

Cuando el Ministro de la Cultura quiso congraciarse con su antiguo socio Oscar Tenreiro, otorgándole el Premio Nacional de Arquitectura, a la pregunta del periodista al hoy crítico del régimen si asistiría al acto de premiación, contestó el arquitecto: "Yo voy, agarro mi premio y me cago en Farruco". Otro, en cambio, el medico y cronista José León Tapia, autor de la biografía novelada de Maisanta (un bisabuelo forajido de Chávez), se excusó por razones de edad y salud. El miedo al qué dirán y la premiación endógena.

Otro aspecto de esta conducta perversa de parte de esta izquierda mezquina es que sólo reserva sus elogios para los suyos: es un Hernández d’ Jesús desvanecido ante Stefanía Mosca (su propia esposa), o es Luis Brito García babeándose por Laura Antillano. Y el extremo, es "Marciano", alias José Vicente Rangel, reclamándole a los miembros del grupo 2D (integrado por Marcel Granier, Miguel Henrique Otero, pero también por Heinz Sonntag, Antonio Pasquali o Rocío San Miguel, entre otros intelectuales) el que conmemoren con una misa a Miguel Otero Silva como si fuera uno de ellos, olvidando su condición de comunista defensor fervoroso de la Revolución cubana y de furioso anticlerical.

Pensar que en 1997 el Consejo Nacional de la Cultura le organizó una exposición antológica e itinerante en el exterior al pintor Manuel Quintana Castillo, bajo la curaduría del "efímero" crítico Juan Carlos Palenzuela (lo de "efímero" es creación exclusiva del director de la revista oficial Memorias de la Historia, J.A. Calzadilla Arreaza). Quién diría que al cabo de unos años, gracias a Chávez, el mismo pintor estaría aplaudiendo las trastadas y desmanes de Farruco en su Megatorta del arte venezolano II; y que otra revista oficial que no superó el tercer número, Diacrítica, descalificara, mezquinamente, la actividad curatorial y crítica de Palenzuela, sólo por disentir de las políticas culturales oficiales. No le alcanzó la intensa y productiva vida que llevó, para vivir lo que le sucedió a un colega, el curador Miguel Miguel, a quien se le vetó el ingreso al V Salón Pirelli en el Museo de Arte Contemporáneo como represalia por un artículo demoledor sobre la representación de Venezuela en la Bienal de Venecia. O algo peor, la amenaza de muerte por aporrea.com contra el escritor Israel Centeno a raíz de la publicación de una novela suya con el tema del complot.

Como para recordar aquella nefasta anécdota nazi, del militar que se llevaba la mano a la pistola apenas oía la palabra cultura.

El ejemplo de los humoristas es el más patético. Antes todos vivían de criticar al gobierno o a los políticos; hoy unos --como Zapata, Rayma, Weil, Edo, Abilio y otros-- siguen criticando al gobierno de turno, aunque éste se crea eterno, y el resto se ocupa de burlarse de quienes critican al gobierno, es decir de medio país.

Antes había revistas culturales de iniciativa privada como Zona Franca, del poeta y ensayista Juan Liscano, donde todos escribían; compitiendo con revistas oficiales como Imagen, en su mejor época dirigida por el poeta, crítico y dibujante Juan Calzadilla, donde todos también escribían. En ambas se exigía calidad y pertinencia.

Hoy los intelectuales, si creen en la democracia, escriben en revistas independientes como El Puente, Siglo XXI (ya desaparecida) o periódicos de gran tirada como El Nacional, El Universal; en cambio, si se sienten revolucionarios, escriben en revistas oficiales como A plena voz, Todos adentro o periódicos filochavistas como Vea. En casi todos los medios de prensa privados caraqueños (tanto los ya mencionados, como Últimas Noticias, El Mundo, Quinto Día, La Razón) aceptan colaboradores contrarios a la línea editorial, algo que no sucede en la contraparte que se ufana de inclusionista.

Más bien, la principal editorial del Estado, Monte Ávila Editores --ahora fundida con la del Ministerio de la Cultura, El Perro y la Rana--, ha devuelto los derechos de autor a un Antonio Pasquali porque --a pesar de ser tan requeridos sus libros sobre comunicación--, no conviene seguir editándolo debido a su posición crítica al régimen. Y si uno revisa en las Librerías del Sur (antes indígenamente llamadas Kuaimare, con emblema de la diseñadora Waleska Belisario), la presencia de libros de carácter ideológico de autores desconocidos es sorprendente, reservándose una colección nueva para los grandes ideólogos del régimen: Marta Harnecker, Ernst Dietrich, Mario Sanoja e Iraida Vargas.

Por lo menos la colección Biblioteca Ayacucho se ha mantenido fiel a sus pautas originales de publicar clásicos latinoamericanos, antiguos y modernos, con estudios de especialistas y cronologías.

Aunque en 2000 cometió el pecadillo de iniciar una colección menor, "Agua y Cauce", con la Antología poética del vicepresidente de la República, Isaías Rodríguez. El juicio ponderado pero valiente de un intelectual, el poeta y ensayista Alfredo Chacón, me libra de emitir un juicio más fuerte. Así escribió el 29 de agosto en su artículo "Ayacucho entre dos aguas": "¿A qué justificación se pudo recurrir, entonces, para editar en una colección de la Biblioteca Ayacucho la antología de un poeta a quien nadie conoce como tal, pero a quien todo el mundo conoce como el segundo hombre en la jerarquía del Estado y el Gobierno? El más elemental sentido de la corrección le hubiera recomendado al poeta empezar por confrontarse con los lectores a través de los recursos editoriales que para eso existen, y al Vicepresidente, declinar la invitación a publicar bajo el sello de la Biblioteca Ayacucho".

La desvergüenza ha sido paleada por la no inclusión del prescindible librito en el catálogo oficial de la Biblioteca. Pero el colmo del exabrupto y la petulancia ha sido la actuación de otro intelectual del régimen, Francisco Sesto Novás, quien, siendo Ministro de Cultura, se hizo publicar en 2006 una compilación de sus garabatos más diez poemitas (Con la cabeza en otra parte) en un volumen de quinientas páginas bajo el sello de El Perro y la Rana, editorial del propio ministerio; no contento con ello convirtió su novelín La clase en un guión para ser filmado en la Villla del Cine y ambientado en el Caracazo, que en 2008 pasó fugaz por nuestras pantallas cual bodrio tardío del realismo socialista.

La más reciente arremetida neofascista es un artículo de un tal Héctor Seijas, publicado en Ensartaos.com ("Rafael Cadenas: el Doctor Diablo", 2-09-10) a propósito de unas declaraciones del poeta y ensayista, en reclamo del fondo editorial de la Fundación para la Cultura Urbana que permanece secuestrado por el régimen. Pues bien, el intelectual chavista la emprende con una andanada de descalificativos contra el poeta Cadenas, entre calumniosos e infamantes, y los extiende sin ahorros de términos neofascistas contra el fotógrafo Vasco Szinetar, el académico Rafael Arráiz Lucca y el recientemente fallecido arquitecto Willian Niño Araque. No contento con repetir el ruin ataque iniciado por Mario Silva desde su denigrante programa La Hojilla, Seijas incluye entre sus execrados al escritor Federico Vegas y al difunto historiador y crítico de arte Alfredo Boulton.

El lenguaje usado por el susodicho "intelectual" hace mérito de lo aprendido por su maestro, no otro que el mismísimo Presidente de la República. Su lengua de albañal y difamatoria está perlada por expresiones como "bichitos", "malandros agallúos", "caguetas", "malechores", "par de ratones", y a la misma editorial Fundación para la Cultura Urbana no la baja de "guarimba" y "fachada legal de la CIA". No hay ideas, sólo ataques personales. Nada nuevo bajo el sol. Es sólo una versión pervertida de la maledicencia del finado Argenis Rodríguez.

Confiemos, como dijo una vez el artista Carlos Cruz Diez, que esta idiotez sea sólo pasajera y el país recupere la capacidad de distinguir entre posturas políticas y valores artísticos (artes plásticas, cine, música, literatura, teatro) y, sobre todo, se revalorice la tolerancia que permite ver en el otro un disidente y no un traidor. No nos consolemos con que todavía sólo es desprecio, pues puede pasar a mayores y ya será tarde.

CELEBRACIÓN


EL NACIONAL - Sábado 30 de Abril de 2011 Papel Literario/4
Venezuela: el aula de Alexis Márquez Rodríguez
ÁLVARO BENAVIDES LA GRECCA

Alexis Márquez Rodríguez, que en abril de este 2011 celebra sus 80 años, ha dedicado casi la mitad de su fructífera vida a educar a los demás, quizá el más noble de los propósitos de la comunicación humana. Su actividad docente, iniciada en las aulas de colegios, liceos y universidades, hace mucho tiempo que está en la calle, para todos, y al alcance de todos.

Alexis Márquez Rodríguez egresó del Instituto Pedagógico de Caracas en 1950, y en 1961 de la Universidad Central de Venezuela, donde se hizo abogado. Pero su pasión de siempre ha sido hurgar en las entrañas y llegar al fondo del alma del lenguaje que escribimos y hablamos los más de 400 millones de seres humanos que nos valemos del español para hacerlo todo.

Muy particularmente en nuestro país (probablemente también en otras partes), somos muchos quienes acudimos a Alexis Márquez Rodríguez cuando se nos presenta una duda sobre el uso de algún verbo, una preposición, la ortografía de una palabra, el origen de una expresión. Y reincidimos en esa práctica porque siempre encontramos en él la respuesta que buscamos.

Alexis Márquez Rodríguez es el profesor que, en nuestro caso, tuvimos en las aulas de la escuela de Comunicación Social de la UCV, de la que en una época fue Director; también es el maestro que descubrió el mundo del lenguaje a cientos de niños y jóvenes en distintos rincones del país; y el que sostenidamente regala su conocimiento a miles de lectores, radioescuchas y televidentes.

Gracias al lenguaje, que es la combinación de palabras, somos capaces --según Edward Sapir-1 de
"expresar nuestras ideas, sentimientos y emociones." Pues Alexis Márquez Rodríguez ha facilitado a muchos la posibilidad de expresar sus ideas, sentimientos y emociones, tres palabras que resumen muy claramente el sentido de lo que cada uno de nosotros hace en su propia vida.

Para fortuna del patrimonio del idioma español, su abundante aporte al conocimiento de nuestra lengua hablada y escrita se ha materializado en una numerosa lista de volúmenes que hacen accesible a todos los complicados vericuetos del lenguaje. Su clara intención docente se hace patente en la forma en la que aborda los complejos asuntos de la estructura de nuestro idioma.

Pero además, nos ha entregado también sus trabajos sobre algunos de nuestros escritores: Arvelo Torrealba, Arráiz, Otero Silva, Uslar Pietri, Picón Salas. Respecto de su labor como analista literario, destaca el aporte de Alexis Márquez Rodríguez a la difusión de la obra del escritor cubano Alejo Carpentier, quien dijo que es él quien mejor la conoce en su totalidad.

La Academia Venezolana de la Lengua lo designó como Miembro de Número. Otra tribuna desde la que continúa en su incansable misión de dar a conocer el idioma español, registrar su vigor, reseñar su evolución. Cada día que pasa, Alexis Márquez Rodríguez consuma la magia de poner nuestra lengua en el aula de la calle de la vida, que es el lugar donde se habla, y se vive.

Sándor Márai, el prolífero y extraordinario escritor húngaro nacido en 1900, declaró con el alma desgarrada por los largos años de su exilio, que su patria era el idioma húngaro. Por nuestra parte, confirmamos que la nuestra es el idioma español y que, quienes han dedicado su vida a cuidarla, merecen el mayor de los respetos, y, sobre todo, mucho agradecimiento.

Notas

1 Lingüista norteamericano (1884-1939).

Fotografía: Alexandra Blanco

Nota LB:

Ni tan complementaria: !Extraordinaria fotografía!

DESTINACIÓN (ES)


EL NACIONAL - Sábado 30 de Abril de 2011 Papel Literario/4
Bifurcación
ROBERTO CASANOVA

Una visión es u na mezcla de ideales y de concepciones. Es un esbozo de la sociedad en la que deseamos vivir pero también de la sociedad en la que creemos vivir. Es, además, un bosquejo del camino a seguir para avanzar de una a otra sociedad.

Una visión es, en cierta forma, una narración que nos sirve para organizar a l mu ndo, pa ra dota rlo de sentido y de dirección, para actuar en él. Una sociedad lo es, en buena medida, porque la mayoría de quienes la integran posee una visión en común.

Durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX, la mayoría de los venezolanos compartió una visión. Esta se basaba en la esperanza del progreso en el contexto de una democracia recién estrenada.

Teníamos la convicción de que nuestra sociedad poseía un gran potencial para elevar el bienestar de todos y que, de hecho, ya éramos una sociedad rica. Nuestro problema fundamental era que el Estado obtuviese la mayor renta posible de nuestros tesoros subterráneos y la repartiese equitativamente entre todos. Esa visión, que podemos llamar "demorrentista" atendiendo a dos de sus principales componentes, democracia y rentismo, ha venido perdiendo su vigencia entre nosotros. Una crisis múltiple la ha cuestionado desde hace varias décadas. Y a pesar de que muchos aún son portadores de ella, una parte significativa de la sociedad viene dándole forma a otras visiones de la sociedad que somos y de la que debemos ser.

Una de tales visiones, orientada hacia el pasado, rescata el relato de la patria mítica y de la emancipación, enmarcándolo en la interpretación de la historia como lucha de clases, con el fin de alcanzar la utopía de la sociedad de iguales. Otra visión, volcada hacia el futuro, propone nuestra conversión en una sociedad que se desarrolla, una sociedad justa que garantiza a cada persona sus derechos humanos y le ofrece oportunidades para desplegar libremente su capacidad creadora. Podemos calificar a la primera visión como "neocomunista" y a la segunda como "creadora". El predominio de una u otra en el sentir y en el pensar de los venezolanos es el tema fundamental de nuestro tiempo. Estamos, en tal sentido, en un punto de bifurcación, una coyuntura en la que debemos colectivamente tomar una decisión histórica sobre qué camino seguir, qué nuevo sistema construir.

La visión neocomunista nos cuenta una historia de justicia social, de revolución, de hegemonía cultural, de enemigos de clases, de poder popular, de democracia directa, de propiedad social, de planificación central, de pueblo en armas, de comunas, de Estado comunal, de centralismo, de multipolaridad. La visión creadora nos habla de derechos humanos, de inclusión, de diversidad cultural, de interlocutores, de Estado de Derecho, de democracia moderna, de propiedad privada, de emprendimiento, de ciudadanía, de desarrollo local, de Estado promotor, de federalismo, de institucionalidad global. Punto a punto, las visiones "neocomunista" y "creadora" pueden y deben ser contrastadas. Es lo que he intentado hacer en mi libro Bifurcación.

Advierto que, como autor y como venezolano, no he pretendido ubicarme en una posición neutral ante ambas visiones. Tal posición no existe en esta materia: nadie puede no tener una visión. Lo que digo lo digo, pues, desde una visión, la visión creadora de nuestra sociedad. Fijar posición, sin embargo, no significa subestimar al adversario y convertirlo en un "enemigo de paja" que se pueda derrotar con facilidad. Por ello he tomado muy en serio a la visión neocomunista. He tratado de identificar sus mejores argumentos, su estructura profunda, sus conexiones emocionales. Pienso que sólo podremos promover con fuerza y convicción la visión creadora si comprendemos adecuadamente el formidable rival que constituye la visión neocomunista.

Unas palabras finales me parecen necesarias para evitar malentendidos. A mi juicio, la distinción entre una visión neocomunista y una visión creadora no se corresponde con la división entre el llamado "chavismo" y la oposición. Sostengo que la visión neocomunista es encarnada sólo por una parte radicalizada del chavismo mientras que la visión creadora es o podría ser compartida por amplios sectores tanto del chavismo como de la oposición. La visión creadora podría servir entonces para que los venezolanos recuperemos el centro democrático y reconstruyamos nuestra comunidad política. Esa es, al menos, mi esperanza.

NADA LO PRESAGIABA


EL NACIONAL - Sábado 30 de Abril de 2011 Papel Literario/1
Una máscara (más) del totalitarismo
ANA NUÑO

El 14 de julio de 1938 apareció publicado en el Giornale d ’ Italia un texto sin firma con el título "El fascismo y los problemas de la raza". Menos de dos semanas después, se supo que su redacción había sido ordenada por Mussolini y avalada por un grupo de dieciséis eminencias científicas del régimen.

Ese texto, que ha pasado a la historia como el "Manifiesto de la raza", constituye la primera y más completa justificación política del antisemitismo oficial del régimen fascista italiano.

Nótese este hecho singular, nunca mejor dicho: bastó con la publicación de un sucinto escrito anónimo en uno de los más venerables diarios romanos, fundado en 1901 por liberales monárquicos, para poner en marcha la compleja máquina de discriminación de los judíos italianos, su reclusión en campos de internamiento y, por último, su deportación a campos de concentración y exterminio en Alemania y Polonia. Casi todos ellos con varias generaciones de arraigo en la península a sus espaldas, y perfectamente asimilados desde la Unificación del Reino, el 18 de febrero de 1861.

Sigamos. El 25 de julio de 1938, es decir once días después de la divulgación del "Manifiesto", el Partido Fascista anunció que incorporaba a su ideario el dogma de que "los hebreos no pertenecen a la raza italiana", es decir, el noveno de los diez principios raciales expuestos en "El fascismo y los problemas de la raza".

Otros once días más tarde, el 5 de agosto, apareció la primera entrega de La Difesa Della Razza (La defensa de la raza), revista financiada por el régimen y destinada a divulgar la nueva doctrina; que consistía, esencialmente, en una mezcolanza de eugenismo y racialismo, por una parte, y ultranacionalismo fascista, por otro. Y ese mismo mes de agosto, además de dotarse el Ministerio de la Cultura Popular de una "Oficina de la raza", el Ministerio del Interior ordenó que uno de los principales instrumentos de control del régimen, la Demorazza, procediera de inmediato a censar a todos los judíos de Italia. A pesar de la premura y el verano, la orden fue ejecutada con celeridad: antes de noviembre, el nuevo censo arrojaba la presencia de 53.416 judíos residentes en el país. Es decir, aproximadamente el 1 por mil de la población del Reino.

Ítem más. El 5 de setiembre de ese mismo año, el régimen de Mussolini aprobó las primeras leyes antisemitas. Aún más severas que las leyes de Núremberg, en vigor en Alemania desde hacía tres años: prohibición de escolarización formal para los niños judíos; prohibición a los judíos de trabajar en la administración; imposición de condiciones discriminatorias en el acceso a o el ejercicio de las profesiones liberales; limitaciones varias al usufructo de bienes patrimoniales. A la minoría de judíos naturalizados italianos, orden les fue intimada de abandonar el país. 1
En cuanto a los judíos italianos de origen, su expulsión de los principales ámbitos de la vida social y económica los dejaba inermes ante las amenazas de internamiento y deportación, que la República de Saló se encargaría de hacer realidad durante el otoño de 1943. Cabe recordar que de los aproximadamente 32.200 judíos italianos sobre los que en esa fecha pendía la amenaza de internamiento y deportación, 7.658 no regresaron de los campos.

Hasta aquí, el grueso de lo relativo a la discriminación, persecución y deportación de judíos en Italia. Este cuadro es conocido desde hace tiempo: la historiografía italiana lo ha trazado con detalle, desde la Historia de los hebreos italianos bajo el fascismo (1961), de Renzo De Felice. Desde este ángulo, es decir en lo relativo al establecimiento de los hechos, La Italia fascista y la persecución de los judíos, de Marie-Anne Matard-Bonucci, no aporta nada nuevo. No se trata de una de esas investigaciones históricas que sacan a la luz una realidad desconocida, o sólo parcialmente conocida pero no establecida. A diferencia, por ejemplo, de Vichy France (1972), donde Anthony Paxton develaba el alcance real de la colaboración de las autoridades del régimen de Pétain en la deportación de judíos en Francia. Por no hablar, claro está, de La destrucción de los judíos europeos, de Raul Hilberg, que desde la primera publicación de esta obra en 1961 y en sus sucesivas reescrituras y ampliaciones, hace realidad el sueño de cualquier historiador: trazar con comprobable detalle el mapa de un territorio brumoso ­emborronado por la ignorancia, a veces deliberada, y no pocas manipulaciones políticas ­ y restituir con claridad la verdad factual.

Dicho lo cual, conviene matizar el aserto de que el ensayo de Matard-Bonucci no descubre nada que no supiéramos en el terreno de los hechos. La exhaustividad en el trabajo de las fuentes --no sólo los habituales archivos oficiales o los de la comunidad judía de Livorno, por ejemplo, sino también los textos e iconografía de propaganda en publicaciones periódicas italianas de la época-- permite que la autora hile muy fino. Así, verbigracia, de la participación de la policía italiana en el proceso de arresto y detención: se sabía de su importancia --41 % de estas operaciones fueron obra de fuerzas locales--, pero la historiadora francesa pone por primera vez en perspectiva este y otros datos concomitantes (las violencias que acompañaron las detenciones de judíos por la policía o las milicias italianas). Este es uno de los rasgos más reseñables del método de Matard-Bonucci: su capacidad de reunir, sintetizar y poner en relación un cúmulo de datos y hechos, extraídos de las más diversas fuentes. Lo que supone la realización de otro sueño de historiador, tan difícil de alcanzar, si no más, como el ya referido: dar un retrato a la vez exacto y vivo de una compleja y brumosa realidad histórica.

Pero la verdadera novedad de La Italia fascista y la persecución de los judíos es la tesis misma que la autora se ha propuesto demostrar. Contrariamente a otros historiadores del antisemitismo fascista, de De Felice a Michele Sarfatti, MatardBonucci refuta que la legislación antisemita del régimen mussoliniano fuera bien una derivación del racismo imperialista fraguado al calor de la invasión de Etiopía (tesis de De Felice), o la prolongación de un sustrato antisemita previo en el fascismo italiano (tesis de Sarfatti).

Para Matard-Bonucci, nada en el fascismo italiano --ni en su cuerpo doctrinal ni en la aplicación de su ideario al ámbito político en los dieciséis largos años previos de gobierno fascista-- presagiaba el brutal giro antisemita del régimen. Y ello, además, en un país como Italia, donde a diferencia de Alemania y Francia, no existía una sólida tradición antisemita racialista, y cuya comunidad judía era la más arraigada y asimilada de Europa. 2

En un contexto como este, pues, Matard-Bonucci razona que el fascismo no tenía motivos para adoptar y aplicar políticas de Estado antisemitas.

Entonces, ¿por qué el giro antisemita? Descontada la fascinación por la Alemania nazi cultivada por Mussolini y los jerarcas fascistas, lo cierto es que Italia no recibió presiones de su aliado del Eje --al menos, no antes de 1938-- para adoptar una legislación antisemita ad hoc. Y aquí es donde MatardBonucci introduce su audaz tesis: los fascistas quisieron radicalizar el régimen, porque lo que perseguían era la formación de una sociedad totalitaria. Y ello suponía, ante todo, cortar de raíz con la tradición del Unitarismo (liberal, monárquico y católico) sobre el que reposaba el edificio de la Italia reunificada desde 1861. Para lograrlo, había que "movilizar" a la nación italiana contra un enemigo. ¿Y qué mejor enemigo que el eterno chivo expiatorio en Europa: el judío? El interés del análisis de Matard-Bonucci se desprende casi por sí solo de la demostración de su tesis. Porque si en aquella Italia, que a pesar del fascismo mussoliniano seguía tan imbuida de unitarismo patriótico y tan históricamente inmune era al potente virus del racialismo antisemita, fue posible adoptar políticas destinadas a la erradicación de los judíos y aplicarlas en medio de la casi total indiferencia de la población, cabe tomarse muy en serio las previsibles consecuencias de cualquier experimento totalitario. Aun de los aparentemente improvisados y caóticos.

Como el que, sin ir más lejos, puede observar hoy cualquiera, detrás de los acogedores muros de esta sala del Museo Sefardí de Caracas.


Notas

1 Para las dos terceras partes de los 3.000 judíos residentes en Italia pasibles de esta medida, procedentes de países centroeuropeos, la orden de expulsión, a esas alturas, equivalía a una condena a muerte.
2 Asimilación: los matrimonios mixtos representaban 30 % de las uniones celebradas, contra 14 % en Hungría y 11 % en Alemania; arraigo: la mayoría de los judíos italianos se consideraban al menos tan "italianos" como "judíos", cuando no antes lo primero que lo segundo.

(*) Este texto fue leído como presentación de La Italia fascista y la persecución de los judíos, de Marie-Anne Matard Bonucci, el 20 de marzo de 2011 en el Museo Sefardí de Caracas.

DE LA (AÚN) ALTERNA (POST) MODERNIDAD


EL NACIONAL - Sábado 30 de Abril de 2011 Papel Literario/2
Fascismo o la sensación de comienzo
NELSON RIVERA

A la espesura de los rigores académicos (plantear las dificultades de los asuntos teóricos o las consecuencias de la propia formulación de problemas; someterlos a distintos criterios de verificación; remitirse a los antecedentes; ventilar las semejanzas y distinciones entre unas y otras hipótesis; hacer las demostraciones del caso; apelar a documentos, fuentes y citas de múltiples origen, en varias lenguas), debemos añadir un segundo factor: la erudición. No una erudición ampulosa, mucho menos exhibicionista: se trata de una erudición ceñida al tema: piezas que, conectadas a la vía principal del texto, le sirven al autor para asegurar la solidez de su recorrido conceptual.

Elementos que sellan ductos inconclusos, o que abren vías a otros destinos, o que relacionan los temas de Fascismo y Modernismo, con otros de especial relevancia.

Roger Griffin es profesor de Historia contemporánea en Oxford Brookes University, en Inglaterra. Además de Fascismo (1991) y de Naturaleza del fascismo (1995) es autor de una obra, producto de una paciencia y dedicación sorprendentes: cinco tomos de análisis de fuentes secundarias relacionadas con el fenómeno fascista: Fascism. Critical concepts in Political Science (2003), magno esfuerzo de investigación que goza de una reputación considerable entre los expertos estudiosos del tema.

Modernismo y fascismo. La sensación de comienzo bajo Mussolini y Hitler formula una advertencia en las primeras páginas, que adquirirá su pleno dramatismo en la segunda sección del libro, cuando Griffin se esmere en mostrar cómo la realidad de cada uno de los dos regímenes se corresponde con los conceptos revisados de modo profuso y profundo, en la primera sección. La advertencia se refiere al peligro que representa para las sociedades la aparición del tiempo mítico o el tiempo apocalíptico, donde la decadencia del pasado encontrará su final, y un futuro hecho de posibilidades ilimitadas resurgirá para proveer de rumbo y de felicidad a los hombres. Ese tiempo mítico no sólo implica el doble movimiento clausurar (el pasado ominoso) e inaugurar (una larga época de justicia), sino también el de un renacimiento de los antiguos valores, de los antiguos ejemplos, de los antiguos héroes, que vienen a constituir las fuentes que legitiman la transitoriedad de una época de intenso movimiento, marcada por lo que se acaba y lo que comienza.

Este "topos" según el cual es posible gestionar la trascendencia a través de cambios políticos, económicos, sociales y culturales, y que ello debe ocurrir "cueste lo que cueste" es esencial en las prácticas del fascismo y el nazismo. Pero esta aseveración no debería repetirse sin recordar que no fueron sólo sus élites promotoras, quienes aceptaron el beneficio de ese topos: también millones y millones de personas en Italia, en Alemania y en otros países de Europa aceptaron que había llegado un tiempo histórico de cambios extraordinarios, tan extraordinarios que de ellos surgiría un hombre nuevo y una vida mejor.

Aufbruch Si el período de entreguerras fue un recargado caldo de cultivo para la proliferación de fuerzas que promovían una "destrucción creadora" (liquidar el presente lastrado por un pasado decadente), que daría paso a un tiempo futuro de verdadera felicidad, Griffin sitúa entre 1860 y 1945 el inicio y maduración de una etapa, donde en todos los campos (la ciencia y la tecnología, las artes y la cultura, la vida social y la dimensión productiva, la educación y las formas de intercambio en el espacio público) se produjeron metanarrativas que recriminaban al pasado y clamaban por un futuro de nuevo cuño.

Ese sentimiento, esa sensación que durante décadas se reprodujo entre las élites de Europa y más allá, queda expresada en la palabra alemana Ausbruch, portadora de diversos sentidos: huida, ruptura o estallido, pero también disolución, irrupción o partida.

Griffin cita a ese extraordinario pensador que fue Sigfried Kracauer, quien describía el estado de ánimo de comienzos de siglo con esa misma palabra: "En aquella época este término tenía un significado especial, aludía a la huida de un mundo destrozado, una partida desde el ayer en dirección al mañana sobre la base de conceptos revolucionarios". La revisión de datos, evidencias y testimonios de aquellas décadas sugiere que el estado de ánimo, la sensación de protagonizar un comienzo histórico, presente en buena parte de Europa, se constituyó en la fuerza implacable, a menudo embriagadora, que tendrían estas ideologías que prometían un nuevo comienzo del mundo.

Los esfuerzos teóricos de Griffin se resuelven en varios terrenos: en el semántico, puesto que tanto fascismo como modernismo son palabras y categorías con muchas interpretaciones, a menudo contradictorias. En el nivel ideológico, puesto que desde la izquierda se ha pretendido establecer una asociación de significación política, entre fascismo y pasado, y socialismo y futuro. En el ámbito de la academia, donde los estudiosos, a lo largo de las décadas y de innumerables publicaciones, han ido sumando preceptos y asociaciones que no siempre se corresponden al rigor analítico o a la realidad constatable de los hechos. En el plano histórico, donde analiza el modo en que esos hechos y conceptos se encontraron o no en la Italia fascista y en la Alemania hitleriana.

Contra quienes han postulado que la presencia de conductas regresivas o de elementos críticos al estado presente de las cosas, sería suficiente para determinar la condición antimoderna del fascismo y del nazismo, el autor, sobre el ensamblaje de una sustentada argumentación, sostiene que el fascismo sería un modernismo alternativo ("un régimen que celebraba el pasado en el nombre del futuro, en que los ocultistas se codeaban con ingenieros y científicos en la búsqueda de la regeneración racial, era perfectamente compatible con el modernismo, por mucho que rechazara la modernidad progresista y liberal del humanismo ilustrado"). Que el fascismo no podría ser un empeño de regreso al pasado, lo demuestra su conexión con la quintaesencia de la experiencia moderna, toda ella inmersa en la sensación, en la necesidad de una nueva época.

Dialéctica de los contrarios La genealogía del modernismo (y del fascismo y del nazismo) debe buscarse en el desencanto que comenzó a desparramarse por el mundo a mediados del XIX. La pérdida del "dosel sagrado"; el impacto del darwinismo en la solidez de las creencias; la aparición de la reflexividad, anotada por Kolleseck, que derivó en un cambio en la experiencia del tiempo (Blumenberg habla de la modernidad como colapso: el rompimiento entre el tiempo personal y el tiempo histórico); el exilio de toda teleología; la merma de vínculos con la trascendencia; la fragmentación del mundo; las incertidumbres; la desorientación, cada vez más fantasmagórica, que afecta a la vida de los occidentales; el hondo e indescriptible malestar entre los hombres hacia cuanto les rodea, todos son correajes que se entrecruzan y se distorsionan unos a otros. Como escribió Theodor Adorno, la modernidad, más que una época es un conjunto de procesos.

Es en ese estado de cosas, donde el modernismo, como una condición que sobrepasa lo artístico y lo cultural, surge como una rebelión ante la decadencia, como una fuerza que aspira al cambio, que clama por la superación del presente.

Puesto que ha surgido dentro de la modernidad, puede crecer alimentada por contrarios: necesidad de transformación y vocación por el pasado, sin que ello se perciba como contradicción; reivindicación del conservadurismo, pero también de cambios radicales, a un mismo tiempo; un carácter donde conviven el pesimismo y el optimismo, turnándose y en lucha permanente.

De esto deriva que fascismo y nazismo son políticas del tiempo: llaman a un futuro, a una condición social de trascendencia, a una disciplina social de salud y convivencia, establecen los códigos de un culto al futuro, a la larga duración del régimen, mientras invocan a las figuras y a los hechos del pasado, recursos útiles para escenificar y ritualizar un futuro puro y soñado como camino a la perfección colectiva. Esta maleabilidad, esta convivencia de los contrarios explica, además, que el modernismo (como propuesta estética, exigencia social o proclama hacia el espacio público) haya sido, o militancia de izquierdistas o causa de derechistas: desde ambos territorios se denostó del presente, se formuló un llamado a la tradición, y se comprometió el apoyo a políticas devastadoras del hombres y de la sociedad, que anunciaban un nuevo tiempo y un hombre nuevo (Griffin habla de las "membranas porosas" del modernismo).

Una sociedad pura Griffin se vale de la antropología, de la crítica literaria, del estudio de las artes, de teóricos de lo político y lo social, y de mucho más para establecer un corpus conceptual del modernismo, para mostrar a continuación, la existencia de un modernismo político, en el que se inscriben el fascismo y el nazismo.

La creencia que reclama que la sociedad debe ser recargada moralmente y que esa recarga es indisociable de una limpieza social; que esa recarga moral debe conducir, por un camino de sacrificios a una condición de trascendencia colectiva ("más que regenerar la vida de los individuos, la finalidad de los rituales que se generan en este tipo de situaciones es regenerar la sociedad"); que esa trascendencia colectiva consiste en el encuentro con el pueblo, que es puro y víctima de modo simultáneo; que el nuevo orden surgirá en torno a la figura del líder carismático, de un profeta cuyo destino consiste en señalar la visión que garantice la transición al nuevo orden; la afirmación que asegura que la sociedad del futuro es mejor que la precedente; la incorporación de valores que se proponen conectar los regímenes con la eternidad; la tendencia que hace confluir ideas provenientes de diverso origen, que convierten la ideología en un collage de elementos de extrema heterogeneidad; el movimiento mental según el cual el avance hacia el futuro tiene algo de regreso al pasado; que, en esencia, se trata de proyectos políticos cosmogónicos, en cuanto prometen crear un nuevo mundo a partir del caos imperante; que el nuevo orden está siempre asociado a la reivindicación de lo nacional y lo propio; cada uno y en conjunto son algunos, sólo algunos de los elementos que en interacción, son esenciales en la caracterología del fascismo y del nazismo.

"La búsqueda modernista de la salud no sólo se manifestó a través de la nueva `cultura del cuerpo’, sino que penetró en la imaginación creativa de los profesionales en todas las esferas de actividad implicadas en el bienestar de la sociedad moderna, y afectó a los médicos, ingenieros, diseñadores, arquitectos, urbanistas, pedagogos, teóricos de la educación y, en general, a los pioneros de lo que hoy en día conocemos como el Estado de Bienestar Social". No hace falta advertir al lector el paso a la eugenesia y, de allí, casi de forma inercial, a las teorías y proyectos de orden racial, que fueron la plataforma conceptual y estética que condicionó el genocidio del pueblo judío que vivía en Europa, no únicamente en Italia y Alemania, sino también en otros países (al respecto es recomendable la lectura de Fascistas, el libro del investigador norteamericano Michael Mann, que describe los movimientos fascistas de Austria, Hungría, Rumanía y España).

Este ambiente eugenésico está asociado a un complejo y poderoso elemento de los modernismos políticos, que se describe con la fórmula "deseo de guerra", del que deriva no sólo la definición del "enemigo común", sino también de discursos éticos y de ceremonias que aspiran al estatuto de lo sagrado. Es a partir de esta preceptiva modernista que los fascismos, abierta o soterradamente, cultivaron la tesis según la cual, a más bajas humanas mayor depuración de la sociedad. Por eso es que fascismo y nazismo se hundieron en la lógica del terror y la muerte (como también hicieron Lenin y Stalin, profetas del bolchevismo): porque la más alta inspiración modernista consiste en creer que a partir de la destrucción del presente será posible el levantamiento de un nuevo tiempo y una nueva realidad: la ferocidad derivada de la sensación de un nuevo comienzo.

SONORO TEXTO


Por 1939, el entonces gobernador de Caracas, general Elbano Mibelli, le confió a Juan Bautista Plaza dictar sendas charlas seanales en Radio Caracas, debidamente ejemplificadas, sobre la música. Y hacia 1965, la Dirección de Cultura de la UCV, las publicó. El texto en referencia es fruto de Alfadil con la mencionada dirección universitaria, editado en 1991.

En total, 52 charlas estupendamente didácticas sobre la música académica que inclye el "tono llanero" venezolano y la canción popular. Extraordinario esfuerzo de difusión el de antes, contrastante con la pobreza de ahora aún en los medios estatales que se suponen especializados en el género.

LB

VIVIDA VENTILACIÓN


Legos, descubrimos que también hay una sociología de lo vivido. Y de ello habla Víctor Córdova hacia 1995, gracias al Fondo Editorial Tropykos, Caracas, UCV. Luego de la introducción general, la primera parte versa sobre el horizonte histórico para profundizar en lo vivido y su contexto, en la segunda. las partes siguientes, ahondan en la experiencia vivida como objeto de estudio sociológico, lo vivido y su narración y hacia una sociología de lo vivido.

Entre otros asuntos, ventila la sociedad informatizada, postmodernidad, acción y actores sociales, procesos sociales, memoria, estilos y calidad de vida. Creemos que todavía puede encontrarse un ejemplar en los pasillos ya célebres de la UCV.

LB

PRIMERAS HOSTILIDADES


El Pais, Madrid, 30/04/11
TRIBUNA: ALBERT BRANCHADELL
¿Evitar la guerra lingüística?

El pasado 22 de diciembre el Tribunal Supremo (TS) dio a conocer tres sentencias que, más allá de resolver sendas reclamaciones particulares, suponen una desautorización del modelo lingüístico-escolar de Cataluña. Se trata del llamado "sistema de inmersión", que se caracteriza por tener el catalán como lengua vehicular y el castellano como asignatura obligatoria. Según el TS, que interpreta a su manera la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, el castellano debe ser "reintroducido" como lengua vehicular en todos los cursos de enseñanza obligatoria, en una proporción que corresponde fijar a las autoridades educativas catalanas. El entonces consejero de Educación de la Generalitat, Ernest Maragall, quitó hierro a este revés judicial, con el argumento de que el Supremo "no anula ni obliga a modificar ningún precepto ni artículo de la normativa vigente". El argumento es débil, porque tanto Maragall como su sucesora, Irene Rigau, saben que la Ley de Educación de Cataluña (LEC), que pretendía "blindar" la inmersión, está sobre la mesa del Tribunal Constitucional (TC), y después de la sentencia sobre el Estatuto es poco probable que la LEC supere incólume el escrutinio constitucional.

Pregunta: ¿qué pasará si el TC obliga a modificar algún precepto lingüístico de la LEC? El presidente de la Generalitat, Artur Mas, no se anduvo con rodeos: si le obligaran a alterar el sistema de inmersión, "tendríamos un conflicto político de primerísimo orden". En esta línea, el pasado 7 de abril la Comisión de Educación del Parlamento de Cataluña aprobó una insólita resolución en que manifiesta su "discrepancia" con el TS y llama a la "extensión" de la inmersión. El asunto es lo suficientemente grave como para que intentemos reconstruir un terreno de encuentro.

Además de constituir un tosco ejercicio de extralimitación, suplantar al legislador catalán e ignorar la autonomía de la Generalitat, las sentencias del TS parten de una grave impostura, que consiste en dar por sentado un vínculo necesario entre el deber de conocer el castellano y la consideración del castellano como lengua vehicular, un asunto en el que la Constitución guarda silencio. Esta posición del Supremo choca con la realidad empírica: está perfectamente acreditado que el alumnado catalán alcanza una competencia completa en castellano, aunque en su vida escolar la lengua vehicular sea el catalán. No es necesario ser especialmente sutil para darse cuenta de que detrás de la argumentación del Supremo no hay argumentos estrictamente pedagógicos sino políticos: en España todo el mundo debe recibir (al menos una parte) de la enseñanza en castellano... porque estamos en España.

El carácter vehicular del castellano no es necesario para asegurar su conocimiento entre el alumnado, pero tampoco debería ser dañino para el catalán. En este punto es donde determinadas reacciones catalanas a las sentencias del TS incurren en la sobreactuación. Organizaciones tan respetables como el Centre Unesco, el Pen Club o la Associació de Mestres Rosa Sensat emitieron un comunicado en el que protestan contra las sentencias del TS y llaman a la sociedad catalana a organizarse para responder "a este intento de genocidio lingüístico". El Supremo considera "inobjetable" la política de normalización del catalán que emana del Estatuto y de las leyes de normalización y solo reclama que el castellano sea también lengua vehicular de un sistema educativo organizado en una sola red escolar que no segrega a los alumnos por razones lingüísticas. Si esto es genocidio ya podemos deshacernos de nuestros diccionarios.

En su discurso de investidura, Mas dijo que su apuesta sería por una escuela catalana y unos alumnos trilingües, perfectamente competentes en catalán, castellano e inglés. En Cataluña se sabe que para garantizar la competencia en inglés no bastará con una asignatura, sino que habrá que introducir el inglés como lengua vehicular. En este punto es donde la solidez de ciertas posiciones catalanas se tambalea: ¿introducir el inglés como lengua vehicular no va a arruinar el sistema de inmersión pero (re)introducir el castellano sí? ¿Dar matemáticas en castellano puede resultar letal pero hacerlo en inglés no? En Cataluña el debate tampoco es estrictamente pedagógico sino que adquiere tintes políticos: independientemente de si existen maneras alternativas de asegurar la competencia en catalán, en Cataluña todo el mundo debe recibir (toda) la enseñanza en catalán... porque estamos en Cataluña.

Como se puede ver, lo que se plantea es un enfrentamiento entre dos postulados mutuamente contradictorios que beben del nacionalismo lingüístico. Si queremos evitar "un conflicto político de primerísimo orden", solo cabe una solución, que es apostar por alumnos trilingües en una escuela catalana trilingüe, en la que el catalán, en atención al legítimo objetivo de la normalización lingüística, sea el "centro de gravedad" (en la bella expresión del Constitucional), el castellano no quede excluido como lengua docente, y el inglés tenga la presencia necesaria para resolver el gran problema lingüístico que tiene planteado el sistema educativo catalán (y español), que no es precisamente el conocimiento del castellano sino el de la lengua global. A menos, claro está, que deseemos ese conflicto político de primerísimo orden.

Ilustración: Casimir Malevich,"Suprematismo 417".

viernes, 29 de abril de 2011

AUNQUE LA CREEMOS ÁRBOL DEL BREVÍSIMO BOSQUE URBANO




Sombra y vuelo

Por el camino,
junto a mi sombra,
el mediodía pinta el vuelo
de una mariposa.

Pienso en tu recuerdo
que va conmigo.

Meira Delmar


Fotografía: Rafael Barrios Barrios, Las Mercedes, Caracas (29/04/11)

¿EL ARTE SOBREVENIDO ES ARTE?





Modificación de una fotografía. No sabemos si, sobrevenido, es arte. Quizá lo descartamos porque no hay novedad de la mirada, por más que intentamos la artesanal modificación informática. Legos, hay también artesanía con la computadora. Sin embargo, insistimos en lo real-maravilloso carpentieriano, hecho cotidianidad cinética inadvertida.

LB

¿LO REAL-MARAVILLOSO COTIDIANO?



Instantes de ociosa espera por la validación de una planilla, nos pareció interesante cierto cinetismo de la ventana rectangular que asomó la plateada persiana con el fondo morado. Disculparan por el voyeurismo que no fue, hicimos un par de tomas. Acaso, es lo real-maravilloso de la vida cotidiana. Y, por real-maravilloso, carpentierianamente, nos acostumbramos. Obviamente, esa realidad-maravillosa, al salir a la calle, deviene realismo mágico. Somos un gran Macondo transversalizado por el literal esfuerzo de supervivencia que genera una estética propia.

LB

Fotografías: LB (25/04/11)

NOTICIERO RETROSPECTIVO




- Alexis Márquez Rodríguez y la Ley de Educación. Crítica Contemporánea, Caracas, nr. 14 de 04/65.

- Salvar al diario El Nacional. Crítica Contemporánea, nr. 5 de 05/61.

- Ramón A. Tovar. "20 años en la educación media venezolana". Teoría y Praxis, Caracas, nr. 6 de 10/69.

- Aura Torrealba entrevista a Luis Herrera Campins. Elite, Caracas, nr. 3427 del 17/09/91.

- Ovidio Pérez Morales. "Recuperación de la política". El Nacional, Caracas, 21/06/92.

CAZA DE CITAS




"También las figuras públicas más serias tienen que competir ahora por atraer la atención y el aplauso con los profesionales de los medios de masas. En provincias, los políticos tocan en bandas de pueblo; en el plano nacional son cuidadosamente preparados y aleccionados para presentarse ante las cámaras de televisión, y como los demás actores, los más importantes de ellos aparecen en las reseñas de los críticos de espectáculos...."

C. Wright Mills

("La élite del poder", Fondo de Cultura Económica, México, 1975:78)

NOTICIERO RETROSPECTIVO


- Lucila Velásquez. "Aquel amigo Ernesto Guevara". El Nacional, Caracas, 18/10/67.

- Eduardo Gallegos Mancera. "Mis conversaciones con el Che". El Nacional, 26/12/86.

- Aníbal Romero. "En torno al Che Guevara". El Diario de Caracas, 11/10/86.

- Aníbal R. Martínez. "Energía nuclear en Venezuela". El Nacional, 07/01/74.

- Joaquín Pérez-Ordaz Ruíz. "La demolición de la democracia priísta". Ultimas Noticias, Caracas, 08/07/00.

DE UNA EMBOSCADA PSICO-SOCIAL


EL NACIONAL - SÁBADO 26 DE FEBRERO DE 2000 / OPINION
La deificación del líder
Luis Aníbal Gómez

De la sacralización del poder a la deificación del líder se da un proceso de acumulación de actos de gobierno, loas y salmodias, además del moroso tránsito del individuo libre al fanático de infranqueable bloqueo mental.

Es lo peor que puede suceder al movimiento de renovación de un país defraudado sirviendo ahora de caldo de cultivo a toda laya de sectarismo, prepotencia e intolerancia. La pasión porque las cosas se hagan de una sola manera -fetiche del pensamiento único, blindaje de la conciencia frente al disenso descalificado de "emboscada enemiga" o "venenito"- no parece el camino abierto hacia la tierra prometida de la democracia participativa y el reino del Estado de Derecho.

En cambio, favorece la gestación de una turbia relación entre gobernante y ciudadano, es decir, Estado y sociedad, alimentada por cierta teología de la sumisión apañada en la liturgia del ejercicio autoritario del poder, necesitando como el pez al agua la incondicional aclamación de los actos públicos. Nada más contrario al sistema democrático que se fundamenta en la separación y la sinergia de poderes autónomos y su compromiso con la sociedad civil, por naturaleza desprovista de poder. La mayoría no es un agregado cuantitativo, sino más bien la conciencia de la necesaria cohabitación con las minorías; a las que debe, de paso, su cariz preponderante. Mientras haya minorías habrá democracia, cuando desaparecen surge el Estado totalitario.

La sacralización del poder proviene quizá de la sublimación del "sagrado deber". Conviene reflexionar en torno al sufragio. El voto no expresa ya la volonté générale como lo deseaba el racionalismo iluminista, sino la de los ingentes grupos de poder que alienan a las auténticas mayorías. Del mismo modo la opinión pública, proyectada por los medios, deviene la opinión de tales grupos hecha pública. Así, la voluntad y la opinión de una minoría cupular aparece como si perteneciera a la mayoría de la población. De allí que el sufragio no represente la volición del ciudadano. Es cierto que constituye origen y fruto del contrato social, pero ha devenido contradictorio y especioso en el marco de la modernidad.

Cuando se sufraga por el programa de un candidato, sucede a menudo que el elector desemboca en la disyuntiva de votar por y en contra de sí mismo. Es decir, aprueba el programa social del candidato A, el educativo del B, el económico de C, etc., pero como no puede votar por rasgos de programas sino por uno solo, al sufragar opta al mismo tiempo a favor y en contra de su propia voluntad. Es obvio que seleccionará el menos malo, pero nunca el mejor candidato o programa.

Así, los ciudadanos elegirán a incompetentes que hablan bien o son meritorios en áreas distintas a las político-administrativas, como Irene Sáez, Reina Lucero o Hugo de los Reyes, en desmedro de los idóneos que no son hermosos o no saben cantar, ni desfilar. De esta forma, sobre un caballo de votos contradictorios el Presidente cabalga la vereda del extravío de su promesa de democracia social y participativa.

Las disidencias civiles y militares amenazan el culto y la hagiografía de un entorno que tiene antecesores en gigantes de pies de barro como Mao o Stalin, por no citar al compinche del Caribe.

lugomez@telcel.net.ve

miércoles, 27 de abril de 2011

TOKI - END...


A raíz del Caso Toki Eder
Mayoría oficialista de la Comisión de Cultura de la Asamblea Nacional niega la comparecencia de Farrusco Sesto

La bancada oficialista negó toda posibilidad de comparecencia del ministro Farruco Sesto a la Comisión de Cultura de la Asamblea Nacional, presidida por el diputado Miguel Angel Rodríguez, luego de los planteamientos realizados por el también diputado Luis Barragán, ambos de la Unidad Democrática.

Recordemos que, por las recientes denuncias públicas realizadas por distintas organizaciones de la sociedad civil en torno al intento de demolición ilegal del edificio Toki Eder de Chacao, joya arquitectónica de la ciudad, hubo el compromiso de ventilar el asunto en la citada comisión.

Señaló Barragán: "Impusimos a los miembros de comisión parlamentaria del intento subrepticio de demolición del histórico inmueble en el más reciente feriado, contextualizando debidamente el problema en una política de Estado destinada a la preservación de la memoria arquitectónica de las principales urbes del país, comenzando por la llamada Gran Caracas. Por ello, propusimos no sólo la comparecencia de los ciudadanos alcaldes de los municipios Libertador y Chacao, sino la del propio ministro Farruco Sesto, para que expongan lo conducente en la materia. Sin embargo, la mayoría oficialista de la comisión se negó después de una acalorada polémica".

"En el caso del ministro Farruco, nuevamente propusimos invitarlo. Anteriormente, lo hicimos para que explicara las políticas públicas que adelanta en su despacho, insuficientemente razonadas, amén de los consabidos y concretos problemas generados, por ejemplo, en materia museísta. Ahora, para que informe de la naturaleza y alcances de la transformación urbana de Caracas, responsabilidad que suponemos comparte con el ministerio, confiada por el presidente de la República, particularmente la relacionada con la suerte del patrimonio cultural, histórico y arquitectónico de la Gran Caracas".

Finalizó el parlamentario: "Consideramos que el oficialismo no sólo subestimó lo ocurrido en el edificio Toki Eder, sino que destacartó toda consideración de una política de Estado en torno a la conservación de nuestra memoria urbana, con la muy lógica e insustituible presencia del ministro Farruco Sesto, responsable de un programa de transformación urbana del que muy poco se sabe. Obviamente, la inmediata defensa partidista de los integrantes del alto gobierno, impide la satisfacción de las demandas ciudadanas por una superior calidad de vida, la cual incluye la conservación de sus mejores referentes arquitectónicos".

martes, 26 de abril de 2011

PISTAS







Hoja seca

A mis pies la hoja seca viene y va
con el viento;
hace tiempo que la miro,
hecho un hilo, de fino, el pensamiento...

Es una sola hoja pequeñita,
la misma que antes vino
junto a mi pie y se fue y volvió temblando...

¿Me enseñará un camino?


Dulce María Loynaz de Castillo

Ilustración: Theo van Doesburg, "Arithmetic Composition"(1930)

OLVIDO


Publicado en Caracas por 2004, reimpreso dos años más tarde, es un título fundamental de Asdrúbal Baptista. Como siempre, conciso y directo, trata del ascenso y colapso del capitalismo rentístico, la distribución de la renta petrolera, proyectos nacionales, el futuro de la Nación y la propiedad del petróleo, y hacia un nuevo balance de poder.

Excelente edición, tapa dura, relativamente barata: más aún, en la UCV.

Frecuentemente, los críticos del gobierno lo olvidan. Frecuentemente, el ministro Giordani lo recuerda como acicate teórico de sus tareas. Sin embargo, la solución Baptista no parece ni es la misma que la Del Que Te Conté...

LB

DEPORTALES


EL NACIONAL - Lunes 25 de Abril de 2011 Escenas/2
El prólogo ausente y la firma olvidada
PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS
FRANCISCO JAVIER PÉREZ

Desde que Gérard Genette demostrara la sustantividad de los umbrales, de todo aquello que los circundan, los libros han comenzado a entenderse de muy diversa manera. Concretamente, los prólogos constituyen algunos de los más determinantes umbrales del libro y algunos forman parte tan sustantiva de las obras que presentan que no puede concebirse en adelante tal libro sin su respectivo escrito preliminar, tan libro como el libro mismo.

Antes que el gran Genette la verdad de este principio había sido sobradamente entendida.

Con beneplácito, el lector venezolano de hoy ha visto volver a nuestras librerías algunas obras capitales de la literatura nacional. Cada generación, se sabe, necesita de sus propias ediciones de sus clásicos o de sus escritores emblema, pues ellos son los que permiten los rumbos y los virajes y los que hacen posible progresar sobre lo andado o sobre lo no transitado. La referencia recae en algunos de los productos de las ediciones El Perro y la Rana, poco aceptadas y queridas sólo por buena parte del público lector venezolano (y no me refiero a masas de lectores de las que descreo y que no sé si existan en nuestro país; un lamento largamente ensayado), muy a pesar de los esfuerzos que se hacen y de los intereses que se interponen.

En particular, la motivación se abre camino en la evaluación de las nuevas ediciones de las novelas La guaricha de Julián Padrón (en la biblioteca dedicada a este autor y que reúne esta obra con cuatro títulos más) y de Nochebuena negra de Juan Pablo Sojo (en la Colección Páginas Venezolanas). Respectivamente, en las apariciones recientes y muy dignas de estas dos cumbres literarias por la mencionada editorial notamos que en una no se incluyó el imprescindible prólogo escrito por Mariano Picón-Salas y, en la otra, el hermoso texto prologal quedó sin la firma del maestro Liscano y como una producción del acaso escriturario (se reprodujo el texto del poeta como si hubiera sido obra del editor o de nadie en particular).

Si el olvido de la noble firma de Liscano podemos entenderlo como un descuido, la ausencia de la magistral pieza de Picón-Salas la sentimos como una falta deliberada. Quizá, se pensaría que si la obra iba a tener otro prólogo ya no era necesario dejar el original y se procedió a suplantarlo.

Pudo, por qué no, ser también un descuido editorial.

En cualquier caso, la verdad es que se ha privado al lector de hoy de una hermosa página crítica, escrita desde el conocimiento y el cariño personal hacia el autor y, sin duda, el primer homenaje que se le rinde a Padrón a escasos dos años de su fallecimiento.

Picón-Salas señala la escritura metafórica de la narración, la ubica en el estadio sublime de la última escritura de la tierra, califica el desarrollo del arte de contar en este autor (cree que Madrugada es su obra más acabada), revela el papel histórico de la primera realización (justamente la que prologa), relata el lado humano del escritor y formula la tesis sobre la "discontinuidad psíquica" de nuestro modo de ser y que Padrón había manifestado comprender en sus desarrollos novelísticos El editor es un custodio amoroso. Respetar lo escrito, su rasgo más noble.

Reeditar reduplica el amor y potencia el respeto.

SENDAS PARA UN IMAGINARIO INADVERTIDO


Grosso modo, el imaginario es lo que creemos de la sociedad y de nosotros mismos, en ella. Lo nutren aquellos elementos racionales e irracionales, explícitos e implícitos, que nos forman e informan desde distintos formatos, ángulos y dimensiones.

A nuestro modo de ver, hay grandes obras impresas que influyeron para nuestra asunción como país, aunque la telecomunión no parecía lograrlo, pero lo hizo en forma contundente.

Una, es la novela "Doña Bárbara" de Rómulo Gallegos y la otra, "País portátil" de Adriano González León. Empero, agregamos una telenovela: "Por estas calles" de Ibsen Martínez. Protagonista principal de ésta, ahora promete regresar Eudomar Santos al teatro, a pesar de que lo creemos en el gobierno.

¿Recuperarán los impresos su masiva influencia en el imaginario social? ¿Podrá el libro electrónico ejercerla por encima del video y de la infopista?....

LB

ENTRESIJOS DE TEMPESTAD


EL NACIONAL - Lunes 25 de Abril de 2011 Opinión/7
Libros: Varujan Vosganian
NELSON RIVERA

El libro de los susurros tiene la fijación, la ansiedad de un doble mandato: en sus páginas, las más feroces tempestades del siglo XX se extienden en su potente y atroz circularidad. Quien cuenta todo esto no es un historiador, sino el heredero de una familia que las ha padecido a lo largo de las generaciones: en consecuencia, la Historia adquiere aquí la categoría de asunto familiar, de reconstrucción hecha a partir de las distintas memorias, todas ellas traumatizadas y dolientes, que desembocan en el pensamiento y la pluma de Varujan Vosganian (1958), ciudadano y figura pública de Rumania (ex ministro de Economía y Finanzas, directivo de la Asociación de Escritores de Rumania, diputado, senador, etcétera), pero antes que todo eso, un espíritu armenio, es decir, un escritor que ha recibido el legado de una memoria hecha de muerte y supervivencia.

Puede afirmarse que este libro tuvo su comienzo hace 96 años, los días 24 y 25 de abril de 1915, negros días en que comenzó la operación genocida que acabaría con las vidas de más de 1.800.000 armenios, perseguidos y asesinados por los llamados "Jóvenes Turcos". El genocidio de los armenios constituía, recién comenzado el siglo XX, la coronación de más de un milenio de hostigamiento, odio y muerte por parte de los turcos.

Pueblo perseguido, las memorias que Vosganian recapitula en El libro de los susurros (Editorial Pre-Textos, España, 2010) se remontan a aquellos momentos de pura tragedia, pero no culminan allí, sino que avanzan entre las furias que desgraciaron a Europa por décadas. Diré que es un texto inclasificable: bosquejo histórico, memoria familiar, poesía de la supervivencia, crónica de las costumbres, secreto homenaje al propio pueblo: todo esto se mezcla para dar lugar a una prosa inestable, a ratos sosegada, a ratos arrastrada por su propia ambición. La secuencia es emblemática: del genocidio a las fosas comunes de la Primera Guerra Mundial; de allí a las negras pestes del bolchevismo y el estalinismo; de la revolución hasta la asfixia de la vida corriente; de allí hasta el hitlerismo y los campos de la muerte; y así, hasta el límite de perder la identidad y casi toda certidumbre sobre qué significa vivir y haber vivido en el centro de Europa, bajo la condición de armenio.

Las rutinas de los días y los ilimitados exabruptos de la Historia. La generosidad de unos seres confrontada a las artes de la traición.

Los entresijos de una familia, donde unos caen y otros se levantan y siguen, aunque a menudo haya sido difícil distinguir a los vivos de los muertos. A la turbulencia de las vidas que se narran, corresponde el temperamento oscilante de la prosa, sus saltos temáticos, sus cambios de escenario, su anhelo de recordar las vidas perdidas.

lunes, 25 de abril de 2011

LIBRÓMA


EL NACIONAL - Lunes 25 de Abril de 2011 Cultura/3
El foro del lunes
ANDRÉS BOERSNER Preside la Sociedad de Amigos de la Cultura Urbana
La organización continúa el trabajo de la Fundación para la Cultura Urbana mientras 30.000 productos editoriales y 12 proyectos editoriales permanecen retenidos por la junta interventora de Econoinvest
«No quisiéramos demandar, pero se agotan las posibilidades»
MICHELLE ROCHE R.

Una década de compromiso con la cultura nacional, reafirmada en más de una centena de libros y en el profesionalismo de los miembros de la Fundación para la Cultura Urbana, será premiada por la Academia Venezolana de la Lengua, en el marco de la conmemoración del Día del Idioma.

El reconocimiento se entregará el miércoles 27 de abril, a las 11:00 am, en una ceremonia que contará con la participación del presidente de la Academia, Blas Bruni Celli.

Lo recibirá Andrés Boersner, en calidad de presidente de la Sociedad de Amigos de la Cultura Urbana, la institución sin fines de lucro que continúa con el trabajo de la fundación, dedicada a la divulgación de la obra de creadores en las áreas de literatura, música y fotografía, entre otras de las artes nacionales.

La Academia destaca la contribución de la fundación al idioma con obras como el Diccionario del habla coloquial de Caracas de María Elena D’ Alessandro y Sordera, estruendo y sonido (Ensayos de lingüística venezolana) de Francisco Javier Pérez; así como con el Concurso Anual Transgenérico, único en Venezuela, que ha estimulado y difundido el trabajo de ensayistas, narradores y poetas venezolanos.

Los retos de una sociedad Boersner, también director de la librería Noctua del Centro Plaza, en Los Palos Grandes, representa a una organización que nació hace más de seis meses, cuando miembros de la Comisión Nacional de Valores desalojaron a los trabajadores de la Fundación para la Cultura Urbana y cerraron con candado su sede en el piso 6 del edificio Mene Grande.

Las autoridades entonces señalaron como explicación de la medida la relación entre la institución sin fines de lucro y Econoinvest. Sin embargo, si bien la fundación disfrutaba de las donaciones de la casa de bolsa, su principal patrocinante, no pertenecía a ésta e, incluso, había comenzado gestiones para autofinanciarse.

Los números no mienten. En 2009, un año en el que la mayoría de las empresas culturales del país estaban en crisis, el fondo editorial de la institución colocó en los anaqueles de las librerías del país 20 títulos Made in Venezuela, proeza que pocos sellos privados lograron en la última década.

Paradójicamente, en recompensa a ese esfuerzo, luego del desalojo, los trabajadores de la fundación debieron sufrir largos interrogatorios ­de horas­ y hasta hubo quien recibió amenazas. Además, se mantiene la prohibición de acceso a la sede en Mene Grande, donde quedaron los instrumentos de pago y otros activos de la institución.

En respuesta a la situación, un grupo de autores comandados por los poetas Jacqueline Goldberg y Alexis Romero pronto sentaron posición.

Presentaron un documento digital firmado por más de 1.500 intelectuales dentro y fuera de Venezuela en el que se condenan las acciones de la junta interventora de Econoinvest.

Así se sembró la semilla de la Sociedad de Amigos, planta que mañana en la librería El Buscón, a las 6:30 pm, dará sus primeros retoños, cuando se entregue el Premio Transgenérico a Roberto Martínez Bachrich, quien escribió la biografía de Antonia Palacios titulada Tiempo hendido, y se presente la colección de cuentos de Joaquín Marta Sosa No todos los días son felices.

­¿Qué continúa al otro lado de la puerta de vidrio en las que fueron las oficinas de la fundación? ­Las instalaciones de las oficinas y de los depósitos de la fundación están ocupadas.

Allí hay más de 30.000 productos editoriales listos para repartirse en librerías de todo el país y 12 proyectos editoriales, entre los cuales están 4 libros de la serie Inmigrantes y una colección de ensayos de José Balza. Lo único que se solucionó fue el problema de los empleados de la institución, que al final sí pudieron cobrar, incluso, su fideicomiso.

­¿Cómo van las negociaciones con la junta interventora para recuperar esos activos? ­La estrategia ha sido el silencio, lo que hace suponer que todo se ha decidido al más alto nivel, como ha sido en el caso de Econoinvest. Ni siquiera nos han recibido para escuchar nuestras demandas.

Estamos redactando una carta que enviaremos a Tomás Sánchez, superintendente general de bancos, y a la directora de Econoinvest, Nahunimar Castillo, para solicitar la entrega de esos activos. Nos hemos mantenido en un empeño pacífico, sin intención de demandar, pero se están agotando las posibilidades desde el punto de vista extralegal y tendremos que apelar a lo que la Constitución nos da derecho: demandar jurídicamente la entrega de los activos de la Fundación para la Cultura Urbana.

­¿La junta directiva de la Fundación para la Cultura Urbana apoya las actividades de la Sociedad de Amigos? ­La mayoría de la junta directiva sí, los que hicieron frente al problema y los que están activos, todos apoyan la Sociedad de Amigos. Pero hay otra parte, pequeña, que calla.

­¿Qué otras actividades tiene pautadas la Sociedad de Amigos para lo que resta del año? ­Nosotros, a sabiendas de que ya no tenemos un mecenas, como era Econoinvest, maximizamos los recursos de la Sociedad de Amigos y la colaboración de los 1.500 firmantes de aquel documento que nos inspiró. No publicaremos 20 títulos al año, como sucedió en 2009; quizá llegaremos a 5 libros, pero seguiremos en nuestro empeño. El mes que viene esperamos bautizar el estudio de Arturo Gutiérrez Plaza sobre la lírica nacional, Itinerarios de la ciudad en la poesía venezolana, que ganó el Premio Transgenérico en 2009. También pondremos en práctica coediciones y reanudaremos los seminarios de la fundación, en especial en las áreas de literatura y fotografía.

Además, pensamos en organizar un seminario, que probablemente se convierta en un diplomado sobre poesía venezolana del siglo XX, para lo que estamos en conversaciones con universidades.

"La estrategia ha sido el silencio, lo que hace suponer que todo se ha decidido al más alto nivel, como ha sido en el caso de Econoinvest".

"Pondremos en práctica coediciones y reanudaremos los seminarios de la fundación".

Fotografía (y post-data): Tomada de la red. AB y la librería Noctúa (Centro Plaza, Caracas), constituyen un referente importantísimo en el campo. Acaso, él es un líder de la resistencia por el inmenso problemario del libro en Venezuela.
LB

TELEGRAMA VIRTUAL


Preguntamos e
ILIANA GÓMEZ
responde

1) ¿Cuál es el autor y título que recuerda con frecuencia?

Es difícil para mí seleccionar un solo título, porque siempre estoy pensando en varios, que me han hecho feliz en determinado momento o que se asocian con mis predilecciones en la vida diaria. Pero últimamente, ya que vivimos tiempos apocalípticos y cada vez que evidencio en las calles la situación de desamparo del ciudadano común, se me viene a la mente el libro titulado "soy legenda" de Richard Matheson, porque el ser humano terminará siendo una leyenda. De igual modo, esta escogencia va muy unida a otro libro titulado Ciudad de Clifford D Simak, el cual consiste en una serie de relatos perrunos, (obra de unos perros mutantes que al parecer sustituyeron al hombre cuando desapareceieron las ciudades, aunque ellos aseguran que el hombre jamás existió, sino que forma parte de sus leyendas.

2) ¿Algún sentimiento de culpa por algún autor y título no leído?.

Siempre quise leer La Historia Interminable (o La historia sin fin) de Michel Ende y hasta compré el libro, pero no pude leerlo, porque debido a problemas de la vista muy graves, me ví impedida de leer los textos que venían con letras en rojo y verde. Y hoy en día, aunque uso el Jaws de los ciegos, no he podido bajarlo por Internet y tampoco suelo hacer lecturas en audiobooks, cuando se trata de los de textos tan largos.

3) ¿De cambiar de género, cuál le gustaría y sobre qué escribir?

En cuanto al género, supongo que te refieres a lo que escribo casi siempre, pues a mí se me conoce como narradora, pero te confesaré que también escribo prosa poética y ensayo, aunque no he podido publicar hasta ahora.
Hay un campo que me apasiona y que quisiera abordar, pues tengo enorme facilidad para visualizar escenas y armar diálogos. Me refiero al teatro. Me gustaría escribir y dirigir una nueva versión (un remake como le dicen ahora) de R.U.R. (Robots Universal Rossum) singular obra de Karel Capek.


Mil gracias, IG.
lb

Fotografía (y post-data): Tomada del album de IG / Facebook. Reconocida cuentista y novelista, he acá una pequeña anécdota al abrir el grupo Libros de la red social, pues, colocando "Ili" y no "Iliana", no la reconocí. "Pregúntale a Roberto Lovera De Sola, si quieres", me dijo. Y, al completar el nombre, me percaté que es la misma autora de los relatos que en los ochenta me gustaron tanto; e, incluso, uno de los artículos iniciales que publicamos en El Nacional de Caracas, la tuvo por epígrafe ("Confidencias del cartabón").
LB