martes, 9 de noviembre de 2010

selección de artículos: dignidad y palabra


EL NACIONAL - Martes 09 de Noviembre de 2010 Opinión/7
La dignidad civil
D.F. Maza Zavala

Durante 88 años fue pacientemente hilvanando, desde una infancia dura y llena de dificultades, una vida que acaso pudiera definirse con una sola palabra: honestidad. A partir de ella derivó toda su acción como político (que lo fue y de manera admirable), como economista que nunca se dejó encerrar por cifras y documentos, sino que salió a la calle a divulgar entre los lectores esa ciencia económica tan hermética para el común de los mortales.

Honesto fue también Domingo Felipe Maza Zavala en la práctica inmediata y arriesgada del periodismo de izquierda en los tormentosos años sesenta y luego, también, en el ejercicio académico como decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, donde no sólo apoyó con entusiasmo numerosos proyectos de investigación, sino que dio impulso a un vasto plan de publicaciones para que esos estudios se divulgaran como nunca antes. Todavía hoy se le recuerda con su voz profunda y pausada bautizando tanto los libros de veteranos profesores como los de jóvenes investigadores.

Su labor parlamentaria no fue menor en importancia y trascendencia. Resultó electo diputado por el MAS por dos períodos y aceptó responsabilidades en las comisiones de Economía y Finanzas y en la reforma de la Ley del Banco Central en 1981.

En el Congreso se le tenía como referencia sensata, por encima de los oportunismos políticos y los vaivenes de la coalición entre partidos.

Sus amigos, sus colegas, los estudiantes y los periodistas lo llamaban a secas "doctor Maza", con ese tono cercano que significaba empatía y respeto, admiración y confianza. Entre los reporteros de la radio, la televisión y la prensa era la persona que nunca dejaba de aceptar una llamada a la hora que fuera para aclarar algún punto económico que estuviera en el tapete. De similar manera se resistía a hablar cuando lo consideraba conveniente, pero igual atendía al periodista y le daba sus razones para no opinar. Jamás se ocultó tras una nube de asistentes o secretarias para bloquear el acceso a la prensa, como ocurre ahora con cualquier saltimbanqui rojo rojito, ignorante y guisador.

Su vida austera, sencilla y extremadamente apegada a los principios de solidaridad social fue y seguirá siendo un ejemplo para todos los economistas de este país porque nunca se doblegó a las exigencias del poder ni a los sectarismos de la política. Demostró que se puede ser maestro rural, profesor universitario, diputado al Congreso, decano en la UCV y miembro del directorio del Banco Central de Venezuela, sin bajar la cabeza ni arrodillarse vergonzosamente ante un sátrapa militar.

Este gobierno trata ahora de mostrarse como amigo de Maza Zavala. No lo fue en vida, porque nuestro amado profesor fue insultado en televisión por el presidente de la república en varias ocasiones. Incluso, en las paredes de la sede del BCV las bandas chavistas pintaron graffiti ofensivos contra este civil ejemplar.

Eso no se olvida.

EL NACIONAL - Jueves 21 de Mayo de 2009 Opinión/11
La palabra de los economistas
D. F. MAZA ZAVALA

He sostenido la tesis de que la economía y, por tanto, la sociedad venezolana, está gravemente afectada en su desenvolvimiento por una crisis estructural y, en relación con esto, de las políticas que los gobiernos han ejecutado para solucionar los problemas del crecimiento. A fines del siglo pasado esta crisis se hizo evidente y surgió la figura de Hugo Chávez Frías con relieves de esperanza en la necesidad de un cambio significativo. Pocos, si es que algunos, pensaban en un cambio radical; se esperaban reformas avanzadas que permitieran abrir los cauces de un crecimiento sostenido, equilibrado y equitativo. Lo que ocurrió después es conocido. Sirva esta referencia para indicar que a la crisis mencionada se agrega otra, que resulta del propósito manifiesto del Presidente de la República de implantar acelerada y forzadamente un régimen económico-social y político, con la denominación de socialismo del siglo XXI, no bien definido, aunque se manifiesta en las actuaciones oficiales orientadas al fortalecimiento creciente del Estado, a la centralización y concentración de los poderes públicos, a la reducción del ámbito económico del sector privado y aun de los derechos y beneficios de importantes grupos de trabajadores. Este proceso genera otra crisis mucho más complicada que la previamente existente. Una tercera crisis se ha presentado como efecto o consecuencia de la que sufre la economía mundial, cuyo reflejo más vivo en nuestra economía consiste en la caída vertical de los precios del petróleo.

Por tanto, se trata de una triple crisis, de un nudo excepcionalmente intrincado que requiere un tratamiento estratégico de alcances necesarios.

El Gobierno no ha apreciado, por lo que se observa, la severidad y profundidad de la situación que el país padece. Su respuesta tardía y preliminar consiste en unas medidas coyunturales de orden fiscal, con una reformulación del presupuesto de ingresos y gastos, que resulta en un reajuste de 7% en términos nominales y de 19% en términos efectivos.

Para reforzar el ingreso fiscal se aumentó el IVA de 9% a 12%, lo que, según el índice de precios BCV-INE, apenas se reflejó en la dinámica del mercado. La contracción del gasto público sí se deja sentir en los recortes aplicados a las asignaciones a diferentes entes públicos y la virtual contención de los ajustes salariales. Otra manifestación de la situación recesiva se observa en el régimen cambiario: descenso de más de un tercio en las autorizaciones para importar y restricciones considerables en las asignaciones para tarjetas de crédito.

La dependencia del petró1eo genera inestabilidad, vulnerabilidad y limita la visión y la gestión de largo plazo, de la cual deriva el crecimiento económico. Hay que agregar la importación de bienes esenciales para la producción, la inversión y el consumo, en virtud de que la producción interna real ha sufrido los efectos de la incertidumbre, las tomas oficiales de propiedades, activos e instalaciones, sin que haya contrapartida en la creación de riqueza por las empresas del Estado. La recurrencia a las importaciones para cubrir la brecha deficitaria entre la oferta y la demanda de bienes está ahora comprometida por la escasez de la capacidad para importar. La perspectiva, sin ánimo de alarmar porque no está en nuestro interés, es muy preocupante; es probable que este año los indicadores macroeconómicos señalen tasas de actividad muy bajas o negativas, mayor desempleo, mayor inflación, deterioro del nivel de consumo y de inversión y saldos adversos de la balanza de pagos. Se requiere con urgencia un entendimiento entre el Gobierno y los diferentes sectores de la economía y la sociedad, para llegar a un acuerdo eficaz para superar los perfiles más agudos de la crisis y abrir camino a soluciones de largo plazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario