lunes, 8 de noviembre de 2010

resurrección y hermandad


San Lucas, 20: 27-38


En su homilía de hoy, el Padre Alfredo Infante (SJ) aludió a la primera lectura (2Mac, 7:1-2,9-14), dando cuenta de la amenaza a la fe del pueblo por obra de un imperio que pretende forzarlo a la desobediencia de la ley. Un modo de demostrar poder por el rey, los hermanos afirman su fe en Dios. Hoy hay muchos poderes en el mundo que amenazan nuestra consciencia y dignidad (drogas, alcohol, fanatismo político, etc.). Los hermanos mantienen la dignidad, sus valores y convicciones profundas, algo que no suele ocurrir hoy en medio de una juventud de valores vulnerables.

Jesús fue continuamente amenazado. Lo esencial en El es el proyecto de hermandad, de fraternidad. Fundamental en esta vida: juntos en la diversidad, como hermanos, incluyendo trabajar – por ejemplo – por los derechos humanos.

Los saduceos vivían del templo, grupo económico más fuente, cuyos intereses peligraban. No creían en la resurrección. Preguntan, pero Jesús es más sabio. Resurrección: todos somos hermanos. Recordemos el Padre Nuestro. Hay que luchar contra las injusticias, pues rompen contra la fraternidad.

Señal de la resurrección: respeto mutuo, tratarnos como hermanos. Ante un país dividido, la hermandad, el diálogo. Por eso, al solicitarlo los apóstoles, Jesús les enseñó a orar: Padre Nuestro…

Ilustración: http://www.oilpaintings-onsale.com/Woods-Interior-c_46553.html
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San Lucas, 20: 27-38


En su homilía de hoy, el Padre Alfredo Infante (SJ) aludió a la primera lectura (2Mac, 7:1-2,9-14), dando cuenta de la amenaza a la fe del pueblo por obra de un imperio que pretende forzarlo a la desobediencia de la ley. Un modo de demostrar poder por el rey, los hermanos afirman su fe en Dios. Hoy hay muchos poderes en el mundo que amenazan nuestra consciencia y dignidad (drogas, alcohol, fanatismo político, etc.). Los hermanos mantienen la dignidad, sus valores y convicciones profundas, algo que no suele ocurrir hoy en medio de una juventud de valores vulnerables.

Jesús fue continuamente amenazado. Lo esencial en El es el proyecto de hermandad, de fraternidad. Fundamental en esta vida: juntos en la diversidad, como hermanos, incluyendo trabajar – por ejemplo – por los derechos humanos.

Los saduceos vivían del templo, grupo económico más fuente, cuyos intereses peligraban. No creían en la resurrección. Preguntan, pero Jesús es más sabio. Resurrección: todos somos hermanos. Recordemos el Padre Nuestro. Hay que luchar contra las injusticias, pues rompen contra la fraternidad.

Señal de la resurrección: respeto mutuo, tratarnos como hermanos. Ante un país dividido, la hermandad, el diálogo. Por eso, al solicitarlo los apóstoles, Jesús les enseñó a orar: Padre Nuestro…

Ilustración: http://www.oilpaintings-onsale.com/Woods-Interior-c_46553.html

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