lunes, 8 de noviembre de 2010

peronográficos



Peronato, peronismo, peronidad
Luis Barragán


Significativamente, en medio de la segunda guerra mundial, aún inconclusa la batalla de Stalingrado, surgió el fenómeno en la otrora orgullosa y próspera Argentina. Insospechada y enfermiza ligadura de décadas, Juan Domingo Perón constituyó (y constituye), un referente fundamental de los encuentros y desencuentros políticos que condujeron al país a la ruina, exhibiendo espantosas e inéditas dictaduras también aclimatadas por el fútbol.

El peronato se hizo desde el gobierno, una y otra vez, en distintos períodos. Esgrimidos todos los recursos simbólicos y materiales del Estado, fusionado con la propia personalidad y los intereses del líder, hasta consagrarse – inicialmente – en una secretaría del Trabajo y culminar – luego – con la celebérrima diligencia de Héctor Cámpora, la muerte dijo relevarlo de toda responsabilidad histórica, ya sin tiempo para cumplir con las expectativas creadas.

El peronismo se hizo desde la oposición, una y otra vez, en distintos períodos de asimilación y versión del descontento social, por muy dorado que fuese el exilio de quien pudo administrar un inmenso capital político, demasiado cercano a explicar la nacionalidad misma. E, incluso, logró el asombroso milagro de expresarse a través de una derecha ultramontana y de una izquierda resueltamente subversiva, en los extremos de un espectro donde el equilibrista – siempre exhausto - pareció nunca sucumbir, ora por la incompetencia de otros referentes, ora por el vigor y la flexibilidad de un imaginario militar del que fue definitivo beneficiario.

La peronidad se hizo de razones y, fundamentalmente, emociones, con independencia de los sucesores que emplearon, aprovecharon y – hasta puede decirse – saquearon el patrimonio recibido. Acaso, una doble maldición facilitó una experiencia de poder, dentro o fuera del gobierno, para desembocar en la suerte que hoy corre – permítannos el matiz – Buenos Aires y sus alrededores.

De un lado, moneda falsa, la insondable demagogia y capricho produjo a Eva Duarte, potencial sucesora, luego pretendidamente reencarnada en María Estela Martínez, efectiva sucesora, ancladas en la hondura de las postergadas demandas sociales, moneda verdadera. La política como un entero asunto personal, hizo del parentesco de afinidad, a falta de una prole confiable, una suerte de póliza emblemática de aseguramiento de la jefatura y liderazgo jamás competitivo.

Del otro lado, monumentalmente victimizado, la desaparición física de Perón no significó la del movimiento que ha pendulado entre la oposición y el gobierno. Inconsecuente con los principios que pregonara, los sembró y, por inconsistentes que fuesen, conceden legitimidad a aquellos que logran reconocerse e imponerse como sus mejores intérpretes.

De modo que no por azar, ascendió al poder Cristina Fernández, heredera a su vez de Néstor Kirchner, quien emergió de la relativamente anónima gobernación tras una crisis política a la que no supieron responder otras figuras más destacadas de presunto y experimentado fuste para la faena. Una nueva desaparición física, puede descalabrar a la mandataria que todavía no explica moralmente la cuantía de la fortuna familiar, pero es necesaria la culminación del período constitucional que permita otros desarrollos políticos, afianzando los institucionales, con total olvido del desenlace del otro Stalingrado, el de Venezuela, del que tan extraordinarios y asombrosos dividendos han obtenido.

Batalla adentro, en la que afloran los francotiradores políticos (SIC) del más diverso encaje, procedencia y ambición, una salida inadecuada del poder puede significar que, por muchas décadas, con todas sus inconsistencias y la vida dorada a la que es propenso, incluyendo el presupuesto público que también abona a sus vanidades (por ejemplo, flota aérea, gastos suntuarios de palacio, exhibicionismo en festivales de cine, etc.), Hugo Chávez Frías encarne inmerecidamente las grandes aspiraciones históricas y sociales de la población. Muy breve ejercicio de especulación, además, inspirado en las relaciones de consaguinidad o afinidad más próximas, asistiremos alternativamente a una oposición desleal (chavismo), al revanchismo de un gobierno (chavezato), permaneciendo y degenerando una idea, una explicación, un mito (chavedad).

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2010/11/peronato-peronismo-peronidad/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=708491
Ilustración:
http://gloriamundi.blogsome.com/images/Peronismo.jpg
http://www.solesdigital.com.ar/Galerias/peronismo/imagenes/peronismo01.JPG

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