martes, 30 de noviembre de 2010

de la falsa acuñación


Una enfermedad senil
Luis Barragán


El ciudadano presidente nacional del gobernante PSUV no exhibe – precisamente – una argumentación ideológica que, por lo menos, guarde alguna correspondencia con la revolución que dice propulsar. Empleando los lugares comunes que, por ironía, ya dejaron de serlo, etiqueta y llama la atención sobre la más desavisada aún opinión pública en torno a las fuerzas que se medirán dramáticamente en el parlamento. Resumen de toda bondad, la autocalificación es un grito de guerra: representan a la ultraizquierda a la que, por si faltara poco, se le pide una mayor radicalización, frente a la maldita ultraderecha que no se rinde más por comprensión o piedad de aquellos que por los cañonazos recibidos.

Ahora resulta que el suscrito, modesto parlamentario electo, suplente por el estado Aragua, pertenece a las más pura expresión reaccionaria que, para rematar, es hasta clásica manifestación de los llamados “wasp”. Nomenclatura de ocasión, el ideólogo y romántico guerrillero de juventud, autor de pésimos panfletos traumáticamente breves y cobrador puntual de sus marciales quincenas casi toda la vida, no sabe qué diablos es el ultraizquierdismo. Empero, sus colaboradores sabedores del asunto, lo celebran porque equivale a eso que llaman la antipolítica, y que Chávez Frías explotó y explota hasta la saciedad, motor de todas sus ambiciones.

En la red de redes hay textos completos de Vladimir Lenin sobre el izquierdismo como enfermedad infantil del comunismo, aunque algún día será más fácil de hallar aquel folleto de Radamés Larrazábal sobre los ultrosos de finales de los setenta. Bastará con leer uno y otro para descubrir la enfermedad senil del régimen que, mediante frases tan infelices, trata de sobrevivir a toda costa.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2010/11/una-enfermedad-senil/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=714391
Ilustración:
Lenin, según Daniele Panebarco

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