viernes, 1 de octubre de 2010

anatomoplacerliterario


EL NACIONAL, Caracas, 15 de Julio de 1997
Federico Andahazi y el sexo de las letras
La literatura tiene clítoris
Su libro ``El anatomista'', editado por Planeta, que trata la historia del descubrimiento del ``órgano del placer en la mujer'', de parte de Mateo Colón, todo un afortunado del siglo XIV, homónimo del descubridor de América, fue presentado ayer en Caracas, en los espacios de la Casa Róomulo Gallegos
RUBEN WISOTZKI

La historia registra dos Colón: Un Colón descubrió América, el otro Colón lo descubrió todo. El primero es celebrado sólo los 12 de octubre, casi siempre en fiestas aburridísimas; el segundo se celebra cada vez que el deseo y el amor se van de parrandas, y el festejo suele terminar entre grandes suspiros de placer y alegría.

El joven escritor argentino Federico Andahazi, autor de ``El anatomista'', se topó afortunadamente con la historia de Mateo Colón, un anatomista de siglos pasados, ``sobresaliente médico del Renacimiento'', quien descubrió el clítoris. De allí nació una novela que fue premiada en el concurso Joven Literatura 1996, organizado por la Fundación Lacroze de Fortabat, nombre de la empresaria del sureño país quien al leerla sostuvo que ``no exalta los valores humanos''.

La opinión, que vino acompañada con la anulación de todo acto y la entrega del premio por correo, generó un inusitado escándalo en la Argentina democrática. Es evidente que el amor veneris , equivalente anatómico del kleitoris , sigue conmocionando al hombre contemporáneo.

- ¨ Le satisface el que su libro haya traído toda esta cola ?

-El libro tiene toda una cola y también una prehistoria. Lo que me fastidió mucho no es la cola, sino la prehistoria del libro. El escándalo me molesta porque los escándalos no tienen mucho que ver con la literatura. Los escándalos son efímeros, en cambio la literatura perdura. Claro que no me refiero a la mía, me refiero a la literatura en general. Afortunadamente el libro tomó un camino propio, independiente. Una repercusión que no esperaba y que no atribuyo al escándalo. ``El anatomista'', por ejemplo, al poco tiempo de salir en Argentina se contrató en Estados Unidos, Finlandia, Inglaterra, Francia, entre muchos otros países. Antes de partir hacia a Caracas se me informó que también se publicará próximamente en China.

-Es que el tema es para muchos muy interesante . . .

-Así parece. (Risas) Por eso digo que el libro se desembarazó, afortunadamente, del escándalo. La historia de la censura en mi país es algo muy negro y muy reciente. En la Argentina hay muchos escritores que han muerto o desaparecido durante los años de la dictadura como Haroldo Conti o Rodolfo Walsh. Mi incidente recordó en parte a aquella época. Y claro, es algo que produce escozor. Y un poco de miedo, inclusive. Hay que recordar que esta señora (Amalia Fortabat) estuvo muy vinculada a los militares...

- ¨ Y no se sintió algo cómplice al participar en un concurso literario que ella auspiciaba ?

-No. Uno no participa en un concurso literario por el que lo organiza sino por el jurado. Y en este caso hablamos de un jurado muy prestigioso, un jurado conformado por artistas y no por burócratas o empresarios. Esta situación revela una vez más cuál es la función del mecenas y que no es otra que la domesticación social del artista.

-Al igual que el protagonista de su novela usted es casi un perseguido, pero al menos no le va a tocar la hoguera . . .

-­Cuidado! En Buenos Aires hace poco mataron y quemaron a un fotógrafo, José Luis Cabezas, por sacarle fotos a un personaje muy poderoso que quería a toda costa permanecer en el anonimato. Yo en realidad no sé hasta que punto está superada la Inquisición. Han pasado cuatro siglos pero, a pesar de los naturales matices, hay puntos de unión entre una época y otra.

- Apartémonos del incidente y hablemos de la novela en sí . Vaya descubrimiento el suyo .

-Es verdad. Y lo más llamativo es que fue un encuentro azaroso. Me encontré con Mateo Colón, un personaje francamente literario: Un homónimo de Cristóbal Colón que navega por la anatomía femenina y descubre el clítoris es algo fantástico. Es realmente extraordinario que el clítoris tenga un descubridor, que se llame Colón y que lo haya descubierto después del Descubrimiento de América. Es algo novelesco. Y lo otro novelesco es que no había casi información sobre él lo cual es probable que su descubrimiento le haya valido algún tipo de censura.

- ¨Y cómo responde a esta pregunta que se hace un crítico de su país: ``¨ A qué extraño remordimiento pertenece la avidez actual por leer libros que hablan del pasado lejano cuando tantos libros del pasado lejano hablan de las mismas cosas con mayor frescura y felicidad ?''

-Debo aclarar que no creo en los subgéneros literarios. No creo que haya una novela histórica, una novela policial, una novela erótica o un novela qué sé yo. Creo únicamente en la novela y ya. En cuanto a la pregunta bastaría con decir que no había novela en la Edad Media. Toda novela está escrita desde el tiempo y el lugar en que se escribe. No es comparable leer un texto del Renacimiento a leer un texto que trata del Renacimiento.

- ¨ La literatura tiene clítoris ?

-Ah, qué pregunta. Sí, claro que tiene. Creo que quien se relaciona con la literatura siente que hay una relación muy sexual entre la palabra y el autor. El escribir es algo sumamente erótico...

- Y orgásmico . . .

-Y orgásmico. De hecho la extenuación que produce el fin de cada capítulo, por no decir el fin de la novela, es muy semejante a un orgasmo. Hay muchas similitudes: enciendes un cigarrillo...

- Miras al techo . . .

-Y eres alguien feliz, muy feliz.

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