lunes, 23 de agosto de 2010

el autobús de la duda



De omnibus dubitando
Luis Barragán


Ha fallado la constante y directa provocación del gobierno, frente a la oposición política y social que, a partir del 26-S, puede encontrar definitivos cauces para las tareas eficientes y eficaces que conduzcan a la transición democrática. Artilugios como la agresión contra la Iglesia Católica, la ruptura de las relaciones con Colombia o cualesquiera de las ocurrencias presidenciales, según las recomendaciones de los laboratoristas de opinión con los que cuenta, están francamente agotados para detener y distorsionar no sólo casos como el de Pdval o la inseguridad personal, sino la mismísima derrota en las venideras parlamentarias.

El reducido abanico de una táctica orientada a la distracción de la población en torno a las amarguras que soporta, probablemente refrescará algunos intentos de inducir o propiciar la alteración del orden público en las vacaciones escolares que atravesamos. O, nada descartable, empujará una que otra iniciativa más consistente para infiltrar y condicionar a la dirigencia opositora más consistente. Sin embargo, el escenario es más amplio y complejo.

En efecto, procurará el gobierno que la población dude absolutamente de todo y todos, sembrando la desconfianza no sólo en la posibilidad del triunfo opositor, sino en la propia credibilidad y honorabilidad de los aspirantes parlamentarios. No cabe otra hipótesis al fracasar la publicidad engañosa con sus recientes y consabidas prácticas necropolíticas, por lo que buscará afanosamente que los segmentos más decisivos de los celebérrimos niníes, fundamentalmente urbanos, renuncien al ejercicio del sufragio.

La abstención, ya no por la que puedan provocar las “maquinitas”, como en ocurrió en 2005, tendrá otras raíces. Y es que la exhumación bolivariana no logró motivar a la población, creyéndola una gesta que llevaría a su interesada e inmediata cohesión, por lo que saldrá más económico explotar las vacilaciones, confundir el mensaje al auspiciar una campaña de descrédito, que haga del hogar un rincón de despreocupada festividad dominical con motivo de las votaciones.

En la dubitación, el recelo o la indecisión misma de votar por quienes creen pendejo al elector, está la clave de una campaña de opinión que, por rigurosa lógica, se le ofrece a un régimen que no ha hecho precisamente gala de sus escrúpulos. Por ello, debemos redoblar los esfuerzos para que del sano escepticismo pasemos a una fundada certeza del desafío histórico en el que nos encontramos, imperforable ante los disparos reales e imaginarios de los privilegiados del poder.

Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/5447-de-omnibus-dubitando
Ilustración:
BLACKLIGHTNINGII
SHEONE

No hay comentarios:

Publicar un comentario