martes, 3 de agosto de 2010

avaricia


NOTITARDE, Valencia, 1ro. de agosto de 2010
"Cuídense de toda codicia…"(Lc. 12, 13-21)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El evangelio de este domingo nos presenta tres partes: La primera nos presenta a un hombre que le pide a Jesús que se convierta en su juez delante de su hermano, para que reparta con él una herencia. La segunda parte, Jesús se inhibe ante tal petición y dice: "Cuídense de toda avaricia, porque la vida no depende de poseer muchas cosas" y la tercera parte, les narró la parábola del rico insensato que pensaba sólo en acumular riquezas, beber, comer, gozar y no sabía que esa noche en que estaba pensando de esa forma, le tocaría morir. La enseñanza es clara: Lo importante en la vida no es llenarse de cosas, de vivir en la avaricia y colocar el corazón en las cosas materiales, caer en el consumismo; sino que lo que es realmente importante es tener lo honesto y suficiente para cubrir las necesidades básicas, sin olvidar la vida espiritual, cultivar la relación con Dios, llenarse espiritualmente y así darle sentido a las cosas que tenemos y vivir la caridad con el más necesitado.

Hay que decir, que el pecado del rico insensato no fue el asegurar su futuro o el hecho mismo de ser rico; sino desentenderse de Dios, a quien no agradece nada y porque no fue capaz de compartir con los hermanos su riqueza y sólo pensó egoístamente en sí mismo. Se convirtió en un idólatra de su riqueza y su dinero y no dejó espacio en su vida para Dios y el prójimo. Es un hombre necio, porque se ha quedado en las cosas superfluas de la vida, en lo efímero y no ha cultivado en aquello que realmente es más importante que el acumular riquezas o caer en la avaricia.

La sentencia de la parábola: "Necio, esta noche te van a exigir la vida", no se trata de meter miedo con la muerte inminente, como si se tratara que por tener dinero ya vas a morir; sino que apunta al juicio final, a los tiempos escatológicos donde se nos pedirá cuentas de lo que hicimos con lo que Dios mismo nos proporcionó, de la forma en que vivimos, de cómo administramos la vida que Dios nos regaló y si supimos vivirla en el bien y la caridad, sobre todo con los más necesitados.

Podemos agregar a lo que venimos diciendo, que según el evangelio que estamos meditando en este domingo es pobre ante Dios el que acumula riquezas y cosas materiales para sí, cerrando su corazón a las cosas espirituales y al compartir con los demás; en cambio, es rico ante Dios el que mantiene una amistad profunda con Él, que abre su vida a lo espiritual y sabe poner al servicio de los demás lo mucho o lo poco o lo suficiente que tiene para vivir.

Dios no quiere que sus hijos pasen necesidades materiales, que sean pobres; al contrario, Dios quiere que sus hijos vivan bien, en progreso continuo; porque la pobreza material no es un bien en si misma (cuando se pasa necesidad ni se tiene para cubrir las necesidades básicas de un ser humano), sino que lo que Él quiere es que no nos olvidemos de valores superiores que están por encima de lo material: la libertad espiritual, el desprendimiento, el servicio para socorrer al más necesitado, la disponibilidad y la gratitud a Dios que es el mayor de los tesoros, de quien nos viene cuanto somos y tenemos y de quien esperamos la salvación y la vida eterna.

En fin, Dios nos advierte hoy que el dinero se nos puede convertir en un ídolo, cuando no lo relativizamos y no somos capaces de mirar más allá y saber que por encima de lo material está Dios y están los hermanos. El dinero es un medio y no un fin para nuestra existencia; Dios es fin y el sentido pleno de nuestras vidas. Necesitamos tener un equilibrio entre lo material y lo espiritual; entre lo que necesitamos para vivir dignamente como seres humanos y los valores superiores que nos ayudan a ser realmente personas e hijos de Dios.

Quitemos de nuestros corazones la codicia y avaricia estéril, esa que no nos hace mirar a lo trascendente, a lo sobrenatural, al hermano y pidamos a Dios que nos ayude a utilizar con criterio y caridad los bienes que Él mismo nos proporciona y que nos enseñe a descubrir cada día de nuestras vidas que la mayor riqueza del cristiano, del discípulo es tener a Dios como centro y tesoro de su vida.

IDA Y RETORNO: Hoy los seminaristas de Valencia, junto a los formadores, comienzan su misión evangelizadora en la parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Chirgua. Oremos por los frutos espirituales de este trabajo pastoral de los futuros sacerdotes de nuestra Arquidiócesis.

Agradecemos al cardenal Urosa su valentía, su determinación, su ejemplo de pastor y por buscar el diálogo, la concordia, el respeto que se ha perdido entre los venezolanos. Agradecemos el haber representado en la Asamblea Nacional el sentir de una gran parte del país y hacemos votos para que los problemas urgentes de Venezuela se resuelvan por la vía de la paz y el próximo 26s los venezolanos, con nuestro voto, podamos expresar lo que queremos y cómo deseamos seguir viviendo en Venezuela.

Ilustración:
http://www.brozalez.cl/imagenes/cuadros/Periodo_V/1990_GaviotafrenteaChimenea.Oleo-Tela150x130cm.jpg
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NOTITARDE, Valencia, 1ro. de agosto de 2010
"Cuídense de toda codicia…"(Lc. 12, 13-21)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes


El evangelio de este domingo nos presenta tres partes: La primera nos presenta a un hombre que le pide a Jesús que se convierta en su juez delante de su hermano, para que reparta con él una herencia. La segunda parte, Jesús se inhibe ante tal petición y dice: "Cuídense de toda avaricia, porque la vida no depende de poseer muchas cosas" y la tercera parte, les narró la parábola del rico insensato que pensaba sólo en acumular riquezas, beber, comer, gozar y no sabía que esa noche en que estaba pensando de esa forma, le tocaría morir. La enseñanza es clara: Lo importante en la vida no es llenarse de cosas, de vivir en la avaricia y colocar el corazón en las cosas materiales, caer en el consumismo; sino que lo que es realmente importante es tener lo honesto y suficiente para cubrir las necesidades básicas, sin olvidar la vida espiritual, cultivar la relación con Dios, llenarse espiritualmente y así darle sentido a las cosas que tenemos y vivir la caridad con el más necesitado.

Hay que decir, que el pecado del rico insensato no fue el asegurar su futuro o el hecho mismo de ser rico; sino desentenderse de Dios, a quien no agradece nada y porque no fue capaz de compartir con los hermanos su riqueza y sólo pensó egoístamente en sí mismo. Se convirtió en un idólatra de su riqueza y su dinero y no dejó espacio en su vida para Dios y el prójimo. Es un hombre necio, porque se ha quedado en las cosas superfluas de la vida, en lo efímero y no ha cultivado en aquello que realmente es más importante que el acumular riquezas o caer en la avaricia.

La sentencia de la parábola: "Necio, esta noche te van a exigir la vida", no se trata de meter miedo con la muerte inminente, como si se tratara que por tener dinero ya vas a morir; sino que apunta al juicio final, a los tiempos escatológicos donde se nos pedirá cuentas de lo que hicimos con lo que Dios mismo nos proporcionó, de la forma en que vivimos, de cómo administramos la vida que Dios nos regaló y si supimos vivirla en el bien y la caridad, sobre todo con los más necesitados.

Podemos agregar a lo que venimos diciendo, que según el evangelio que estamos meditando en este domingo es pobre ante Dios el que acumula riquezas y cosas materiales para sí, cerrando su corazón a las cosas espirituales y al compartir con los demás; en cambio, es rico ante Dios el que mantiene una amistad profunda con Él, que abre su vida a lo espiritual y sabe poner al servicio de los demás lo mucho o lo poco o lo suficiente que tiene para vivir.

Dios no quiere que sus hijos pasen necesidades materiales, que sean pobres; al contrario, Dios quiere que sus hijos vivan bien, en progreso continuo; porque la pobreza material no es un bien en si misma (cuando se pasa necesidad ni se tiene para cubrir las necesidades básicas de un ser humano), sino que lo que Él quiere es que no nos olvidemos de valores superiores que están por encima de lo material: la libertad espiritual, el desprendimiento, el servicio para socorrer al más necesitado, la disponibilidad y la gratitud a Dios que es el mayor de los tesoros, de quien nos viene cuanto somos y tenemos y de quien esperamos la salvación y la vida eterna.

En fin, Dios nos advierte hoy que el dinero se nos puede convertir en un ídolo, cuando no lo relativizamos y no somos capaces de mirar más allá y saber que por encima de lo material está Dios y están los hermanos. El dinero es un medio y no un fin para nuestra existencia; Dios es fin y el sentido pleno de nuestras vidas. Necesitamos tener un equilibrio entre lo material y lo espiritual; entre lo que necesitamos para vivir dignamente como seres humanos y los valores superiores que nos ayudan a ser realmente personas e hijos de Dios.

Quitemos de nuestros corazones la codicia y avaricia estéril, esa que no nos hace mirar a lo trascendente, a lo sobrenatural, al hermano y pidamos a Dios que nos ayude a utilizar con criterio y caridad los bienes que Él mismo nos proporciona y que nos enseñe a descubrir cada día de nuestras vidas que la mayor riqueza del cristiano, del discípulo es tener a Dios como centro y tesoro de su vida.

IDA Y RETORNO: Hoy los seminaristas de Valencia, junto a los formadores, comienzan su misión evangelizadora en la parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Chirgua. Oremos por los frutos espirituales de este trabajo pastoral de los futuros sacerdotes de nuestra Arquidiócesis.

Agradecemos al cardenal Urosa su valentía, su determinación, su ejemplo de pastor y por buscar el diálogo, la concordia, el respeto que se ha perdido entre los venezolanos. Agradecemos el haber representado en la Asamblea Nacional el sentir de una gran parte del país y hacemos votos para que los problemas urgentes de Venezuela se resuelvan por la vía de la paz y el próximo 26s los venezolanos, con nuestro voto, podamos expresar lo que queremos y cómo deseamos seguir viviendo en Venezuela.

Ilustración:
http://www.brozalez.cl/imagenes/cuadros/Periodo_V/1990_GaviotafrenteaChimenea.Oleo-Tela150x130cm.jpg

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