lunes, 21 de junio de 2010

Sexton dos


EL NACIONAL - Sábado 17 de Abril de 2010 Papel Literario/6
El segundo nacimiento de Anne Sexton
Recién a los 28 años descubrió la poesía, a la que dedicó su vida hasta que fi nalmente cumplió con su voluntad de suicidarse en 1974. Importantes críticos han dicho que Anne Sexton (1928) fue autora de algunos de los más bellos poemas escritos en inglés, a todo lo largo del siglo XX. Dos títulos suyos, Vive o muere (Premio Pulitzer 1967) y Poemas de amor, han sido traducidos íntegramente a nuestra lengua
NELSON RIVERA

Anne Sexton 1928-1974
Propongo aquí un lector hipotético, alguien que nada sabe de Anne Sexton. Llegan a sus manos los poemas de Vive o muere . Lee los 34 textos que lo componen. Puede ocurrirle que al cabo de unos pocos versos su ánimo se haya indispuesto de modo irreversible. O, por el contrario, que una indecible fascinación lo impulse a volver a la primera página para dar inicio a una nueva lectura. Pero ocurra una u otra reacción (y es que ante la poesía de Anne Sexton se reacciona), lo más probable es que, desde el primer contacto, la vida de la poeta haya comenzado a colarse por las rendijas de ese hipotético lector. Cautive o repugne, cada poema parece funcionar como un depósito de información íntima o un confesionario de los asuntos más personales. En cierta medida, leerla equivale a introducirse en el campo de lo privado. Robert Lowell, que tuvo de alumna a Anne Sexton (y a Sylvia Plath) en 1959, durante un seminario en la Universidad de Boston, escribió: "su genio fue convertir en palabras el drama de su personalidad".

Ni siquiera el relato de cómo se inició en la poesía, que en tantos autores es materia difusa ( Jean Amery decía que no era apropiado preguntar a los poetas por el origen de su vocación, porque esto los obligaba a inventar historias sobre lo desconocido), escapa a ese aire trágico que tienen la mayoría de sus poemas y, por tanto, los episodios reales asociados a cada uno. En la extensa y documentada introducción que incluye la edición de Vive o muere, Julio Mas Alcaraz cuenta que Sexton se casó en agosto de 1948 con Alfred Muller Sexton, a quien llamaban Kayo.

Como el padre de Sexton, Kayo también estaba dedicado al negocio de la lana (había abandonado los estudios de Medicina), lo que le obligaba a ausentarse mucho tiempo de su casa. En 1950 tuvieron que trasladarse a Baltimore, porque Kayo debía incorporarse a la reserva naval. Mientras permanecía fuera, Sexton mantenía relaciones esporádicas con otros hombres. No quería estar sola e intentaba embarazarse pronto. Lo consiguió a finales de 1952 y en julio de 1953 nació Linda, su primera hija.

Dos años más tarde vino Joyce al mundo. Tras el segundo parto, la salud mental de Sexton comenzó a derrumbarse. Agredía a Linda.

Sexton pedía ayuda a sus padres y suegros, que financiaban su tratamiento psiquiátrico. Una noche su esposo la encontró con varios tarros de medicamentos abiertos, de los que había consumido pastillas de unos y otros. Estuvo hospitalizada. Linda fue enviada a vivir con Blanche, una de las hermanas de Sexton. Joyce a casa de Billie, la abuela paterna. En las proximidades de su cumpleaños consumió una sobredosis de Nembutal, pero su intento no se cumplió (en la introducción que escribe Ben Clark, traductor de Poemas de amor , dice: "Anne Sexton no soportaba su cumpleaños, solía ser una época especialmente conflictiva y muchos de sus intentos frustrados de suicidio tuvieron lugar en las semanas previas o posteriores al 9 de noviembre").

Un médico le había recomendado dedicar su tiempo a ver programas de un canal cultural. A finales de 1956 atendió, con soberbia concentración, a los contenidos de una clase magistral que el crítico Ivor Armstrong Richards dictaba sobre el soneto. Aquello la cautivó. Decidió intentarlo. Cuando tuvo varios de ellos listos, los mostró a su madre, quien los elogió. Luego se los mostró a su médico de entonces, que la estimuló a continuar produciendo. Leamos un fragmento de la introducción de Julio Mas Alcaraz, a la edición de Vive o muere: "cuando en mayo de 1957 Anne trató de suicidarse de nuevo, su médico le dijo que no podía suicidarse porque tenía algo que dar.

Para Anne ese reconocimiento, tan extraño en su vida, fue clave para seguir escribiendo. Toda la vida Anne llamó a ese momento su segundo nacimiento".


Novedad y vértigo
Liberación, renacimiento: el "descubrimiento" de la poesía representó para Anne Sexton un acta de reivindicación.

Había un universo excitante más allá de lo doméstico y se aplicó a ello con intensidad. Se inscribió en talleres donde tuvo a maestros como William Snodgrass (Premio Pulitzer de Poesía en 1960) y al gran Robert Lowell (que ganaría el Pulitzer de Poesía en 1974). Se hizo de amigas como Maxine Kumin (poeta que en 1973 obtuvo el Premio Pulitzer, y que fue su mejor interlocutora hasta el día en que Sexton logró suicidarse) y Sylvia Plath (sobre quien habría ejercido alguna influencia literaria). Tuvo amantes como los poetas George Starbuck y James Wright. Tuvo lecturas preferidas y personas que la admiraban en las grandes ciudades de Estados Unidos.

El magnetismo que los libros, las tertulias y las amistades literarias ejercían sobre Sexton fue causa de disputas domésticas: hubo ocasiones en que Kayo golpeó a su mujer (alguna vez Sexton se ufanó de provocarlo: las violentas demostraciones de celos de su marido le certificaban que ella aún constituía un interés para él). Escribía y sus poemas comenzaron a publicarse: primero en revistas locales y de limitada circulación, más adelante en revistas como The Hudson Review. En febrero de 1959 ya era publicada en The New Yorker y un mes más tarde protagonizaba su primer recital de poesía.

Visto desde nuestra perspectiva, la proyección pública de Sexton avanzaba por el canal rápido. En 1961 el Instituto Radcliffe le concedió una beca: con ese dinero hizo construir una piscina en su casa (muy a menudo, las poetas-madres Sexton y Kumin pasaban allí las tardes con sus hijos, mientras escribían obras para niños a cuatro manos). Newsweek la entrevistó. The New Yorker le ofreció un contrato exorbitante. Mientras, bebía de modo desesperado, sufría una crisis y a mediados de 1962 volvía a ser hospitalizada.

En octubre de 1962 salió a la calle su segundo libro, All My Pretty Ones, que tendría una suerte semejante al primero, To Bedlam and Party Way Back (1960), en relación a la respuesta de la crítica: unos habían expresado entusiasmo, otros se habían mostrado claramente hostiles como el crítico James Dickey, que escribió en el suplemento del The New York Times: "sería difícil encontrar una escritora que hurgue tan insistentemente en los aspectos más desagradables y patéticos de la experiencia corporal, como si esto hiciera la escritura más real".


Poesía y vida
Anne Sexton había recibido en junio de 1962 la noticia de la muerte del poeta John Holmes, su amigo y maestro. De ello da cuenta en el poema "En algún lugar de África".

De la hospitalización arriba comentada, habla en su poema "Huye en tu burro" (he aquí un fragmento: "Porque no había otro lugar / al que huir, / regresé a la escena de los sentidos perturbados, / regresé anoche a la medianoche, / llegué en la espesa noche de junio / sin equipajes o defensas, /entregué el dinero y las llaves del coche, / y me quedé tan sólo un paquete de cigarros Salem /igual que un niño se aferra a un juguete. / Yo misma firmé en donde un extraño / pone una X con tinta / porque esto es un hospital psiquiátrico, / no un juego de niños").

El 12 de febrero de 1963 recibió la noticia del suicidio de su amiga Sylvia Plath, que la condujo a escribir el poema "La muerte de Sylvia" (uno de los versos dice: "la muerte por la que bebíamos"). De las conflictivas sesiones de terapia habla en "Para el año de los dementes" (los últimos versos del poema dicen: "Me hallo en los dominios del silencio, / el reino del loco y el dormido. / Hay sangre aquí / y me ha le comido. / Oh madre del útero, / ¿vine sólo a por sangre? / Oh pequeña madre, / estoy en mi propia mente. / Estoy en la casa equivocada").

La lista podría continuar, poema a poema: en agosto de 1963 Sexton viajó a Europa en barco y de ello dejó constancia en "La travesía del Atlántico" y "Paseando por París". En octubre, estando en Roma, conoció a un yugoeslavo con quien viaja a Capri.

Al poco tiempo está de regreso a su país y a una nueva hospitalización, donde escribe "Menstruación a los cuarenta", el poema del que un crítico escribió que era "la gota que colmaba el vaso" (ver página 8 de esta edición). En julio de 1964, cuando su hija Linda cumplió años, escribió "Mi niña, mi judía verde, mi mujer adorable", que se convierte en uno de sus textos más populares. En 1965, realizó un viaje con la siquiatra Anne Wilder, con quien tuvo relaciones sexuales. De esa experiencia homosexual, que ella había rechazado antes del viaje, proviene "Tu rostro en el cuello de la perra".

Vive o muere contiene 34 largos textos escritos a lo largo de cinco años. Fue publicado en 1966: el impacto fue inmediato. En 1967, mientras recibía el Premio Pulitzer, en algunas bibliotecas se prohibía su adquisición. En su conjunto, la voz poética de Anne Sexton sobrepasa la calificación de confesional: lo biográfico incorpora elementos de la pura imaginación (críticos especializados hablan de imágenes de insinuación surrealista), la realidad se distorsiona hasta los extremos en su búsqueda por lograr la verdad literaria. Los momentos en que su lengua adquiere un carácter descarnado, están atados a hermosas imágenes. No en balde el último poema del libro, titulado "Vive", se hace acompañar de una especie de epígrafe que dice: "Vive o muere, pero no envenenes todo".

A Vive o muere siguió Poemas de amor, publicado en 1969. Fue un éxito entre los lectores (su traductor al castellano, Ben Clark, cuenta que se vendieron más de 100 mil ejemplares del libro). En cierto sentido, cabe afirmar que Sexton continuaba escribiendo a partir de las experiencias que más la perturbaban. "Fue también mi corazón violento el que se rompió, / cayendo por las escaleras del hall. / Fue también un mensaje que nunca pronuncié, / clamando, con cada escalón, a quien le importarás // tú, a quién le importarás, mientras se astilla / la cadera que meramente estaba hecha de cristal, / la estructura y también la copa.

/ Exploté en el pasillo como un revólver": estos son los primeros ocho versos de "La fractura", que habla del rompimiento de su pelvis, sufrida tras caer de una escalera (el poema tiene 20 estrofas de cuatro versos cada una).

El influjo de los medicamentos, las asociaciones que provocan en su imaginación los psiquiatras que la atienden, los recuerdos virulentos de sus pasiones amatorias, tales son las fuentes de poemas que llevan nombres como "El interrogatorio del hombre de muchos corazones", "En celebración de mi útero", "Todos conocéis la historia de la otra mujer" o "La balada de la masturbadora sola".

Anne Sexton fue una suicida crónica. Lo intentó en varias oportunidades, hasta que el 4 de septiembre de 1974, después de un almuerzo con Maxine Kumin, se encerró en el garaje de su casa, mantuvo el carro encendido hasta que dejó de respirar. Videos que reproducen entrevistas y lecturas de poemas, muestran a una mujer mordaz e incitante, los ojos azulísimos, la boca apenas abierta, desplegada y flamante. Puede uno preguntarse si un ser de tal belleza no merecía un mayor cuidado de los dioses. Pero, como sabemos, en personas como Anne Sexton, quitarse la vida pertenece al orden de lo irrenunciable (en un poema de 1964, "Querer morir", había comparado a los suicidas con los carpinteros, que siempre "quieren conocer con qué herramientas").

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