martes, 11 de mayo de 2010

IDEAS POLITICAS Y DERECHO LABORAL



http://www.noticierodigital.com/2010/05/resignificacion-politica-del-derecho-laboral/
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Resignificación política del derecho laboral
Luis Barragán

Confusamente rentista, el socialismo en curso utiliza a los sectores material y culturalmente más empobrecidos de la población en la tarea de preservar y prolongar los privilegios de poder de la casta que tuvo en suerte acceder a la dirección del Estado. Cada vez más minoritario, el proletariado sucumbe ante el régimen de los lúmpenes que le rinden soporte oportuno, movilizados con el presupuesto pùblico, aunque diga beneficiarlo al afrontar a una burguesía real y ficticia surgida de los breviarios, resúmenes y las calebérrimas chuletas en curso (como vemos, nada es gratuito en nuestra cultura petrolera de profundidad).

Quien se atreve a hurgar en las teorías políticas que influyen en el proceso de formación de las leyes laborales, a veces de manera confusa al tocar áreas tan delicadas como el derecho, la historia y la politología, inevitablemente arriba a la contundente conclusión de una actual experiencia ajena a los intereses de la clase obrera venezolana. Y, simplemente, porque las premisas son falsas, sufren de la adulteración que impone el asalto a las divisas, recurriendo a un discurso esencialmente artificial, sólo emotivo.

Héctor Armando Jaime Martínez, en una ponencia para el congreso internacional de derecho del trabajo, recientemente celebrado en Margarita (*), traza un rápido itinerario de interés, desde la aparición de la brevísima Ley de Talleres y Establecimientos de 1917 hasta arriba a la reforma frustrada de la Ley Orgánica del Trabajo que acarreó la destitución del propio secretario general del PCV que la presidía. Y tratando inútilmente de dar con una definición coherente y confiable del llamado socialismo del siglo XXI, reconocido el avance en el campo adjetivo, constata la marcada tendencia autoritaria que impone la tarea práctica de las inspectorías del trabajo, el papel desempeñado por las solvencias laborales o la extrema flexibilización laboral en la administración pública que ya ha olvidado el renglón de las negociaciones colectivas, sorprendentemente contrastantes con algunos de los progresos realizados en épocas anteriores.

Aportante academia que acentúa la estridente mudez del llamado país político, el jurista fondea el más burdo estatismo. La hostilidad no está cebada exclusivamente sobre las grandes y aventajadas empresas, dibujando la única y aceptable relación laboral: la del Estado que – más adelante – exhibirá como formidable ventaja comparativa, la cruda inexistencia de las libertades sindicales mínimas, convicción a la que tardará en llegar la inteligencia acuática de los partidos acostumbrados a anegarse de realidades irrespondidas.

Pueden invocar a los sectores populares como beneficiarios de la gestión del chavezato, pero no ocultar que los resultados atentan precisamente contra los supuestos protagonistas del socialismo campamental. Y lo más grave es que, comparados con las elaboraciones y propuestas teóricas del viejo marxismo, éste ahora se ha hecho un monumento de consignas publicitarias y de ahogo propagandístico que debe revolcar a más de uno en sus tumbas.

(*) “El pensamiento político venezolano y del Derecho del Trabajo”, en: Revista Derecho del Trabajo, nr. 9 (extraordinario) de 2010, Barquisimeto.

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